LETRILLAS DE QUEVEDO
Sabed, vecinas,
que mujeres y gallinas
todas ponemos,
unas cuernos y otras huevos.
Vienensé a diferenciar
la gallina y la mujer,
en que ellas saben poner,
nosotras sólo quitar;
y en lo que es cacarear,
el mismo tono tenemos.
Todas ponemos, etc... ...
Doscientas gallinas hallo
yo con un gallo contentas;
mas si nuestros gallos cuentas,
mil que den son nuestro gallo;
y cuando llegan al fallo,
en cuclillos los volvemos.
Todas ponemos, etc... ...
En gallinas regaladas
tener pepita es gran daño,
y en las mujeres de ogaño
lo es el ser despepitadas;
las viejas son emplumadas,
por darnos con que volemos.
Todas ponemos, etc... ...
que mujeres y gallinas
todas ponemos,
unas cuernos y otras huevos.
Vienensé a diferenciar
la gallina y la mujer,
en que ellas saben poner,
nosotras sólo quitar;
y en lo que es cacarear,
el mismo tono tenemos.
Todas ponemos, etc... ...
Doscientas gallinas hallo
yo con un gallo contentas;
mas si nuestros gallos cuentas,
mil que den son nuestro gallo;
y cuando llegan al fallo,
en cuclillos los volvemos.
Todas ponemos, etc... ...
En gallinas regaladas
tener pepita es gran daño,
y en las mujeres de ogaño
lo es el ser despepitadas;
las viejas son emplumadas,
por darnos con que volemos.
Todas ponemos, etc... ...
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Pues amarga la verdad,
quiero echarla de la boca;
y si al alma su hiel toca,
esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
ha engendrado en mí pereza
la pobreza.
¿Quién hace al ciego galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
sin ser el Dios verdadero?
El dinero.
¿Quién con su fiereza espanta,
el cetro y corona al rey?
¿Quién careciendo de ley
merece nombre de santa?
¿ Quién con la humildad levanta
a los cielos la cabeza?
La pobreza.
¿Quién los jueces con pasión,
sin ser ungüento, hace humanos,
pues untándolos las manos
los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
con oro, y no con acero.
El dinero.
¿Quién procura que se aleje
del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo tan cristiana,
tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
el desprecio y la tristeza?
La pobreza.
¿Quién la montaña derriba
al valle, la hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
vuelve en el mundo ligero?
El dinero.
quiero echarla de la boca;
y si al alma su hiel toca,
esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
ha engendrado en mí pereza
la pobreza.
¿Quién hace al ciego galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
sin ser el Dios verdadero?
El dinero.
¿Quién con su fiereza espanta,
el cetro y corona al rey?
¿Quién careciendo de ley
merece nombre de santa?
¿ Quién con la humildad levanta
a los cielos la cabeza?
La pobreza.
¿Quién los jueces con pasión,
sin ser ungüento, hace humanos,
pues untándolos las manos
los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
con oro, y no con acero.
El dinero.
¿Quién procura que se aleje
del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo tan cristiana,
tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
el desprecio y la tristeza?
La pobreza.
¿Quién la montaña derriba
al valle, la hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
vuelve en el mundo ligero?
El dinero.
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LETRILLAS DE GÓNGORA
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Ándeme yo caliente
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y ríase la gente.
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Traten otros del gobierno
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del mundo y sus monarquías,
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mientras gobiernan mis días
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mantequillas y pan tierno,
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y las mañanas de invierno
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naranjada y aguardiente,
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y ríase la gente.
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10 Coma en
dorada vajilla
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el príncipe mil cuidados,
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como píldoras dorados,
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que yo en mi pobre mesilla
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quiero más una morcilla
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15 que
en el asador reviente,
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y ríase la gente.
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Cuando cubra las montañas
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de blanca nieve el enero,
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tenga yo lleno el brasero
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20 de
bellotas y castañas,
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y quien las dulces patrañas
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del rey que rabió me cuente,
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y ríase la gente.
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Busque muy en hora buena
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25 el
mercader nuevos soles;
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yo, conchas y caracoles
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entre la menuda arena,
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escuchando a Filomena
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sobre el chopo de la fuente,
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30 y ríase
la gente.
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Pase a media noche el mar,
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y arda en amorosa llama
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Leandro por ver su dama,
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que yo más quiero pasar
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35 del
golfo de mi lagar
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la blanca o roja corriente,
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y ríase la gente.
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Pues Amor es tan crüel,
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que de Píramo y su amada
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40 hace tálamo
una espada,
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do se junten ella y él,
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sea mi Tisbe un pastel,
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y la espada sea mi diente,
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y ríase la gente.
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Buena orina y buen color,
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y tres higas al doctor.
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Cierto doctor medio almud
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llamar solía, y no mal,
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5 al
vidrio del orinal
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espejo de la salud;
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porque el vicio o la virtud
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del humor que predomina,
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nos lo demuestra la orina
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10 con clemencia
o con rigor.
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Buena orina y buen color,
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y tres higas al doctor.
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La sanidad, cosa es llana
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que de la color se toma,
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15 porque la
salud se asoma
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al rostro como a ventana,
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si no es alguna manzana
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arrebolada y podrida,
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como cierta fementida
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20 galeota del
Amor.
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Buena orina y buen color,
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y tres higas al doctor.
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Balas de papel escritas
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sacan médicos a luz,
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25 que son balas
de arcabuz
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para vidas infinitas;
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plumas doctas y eruditas
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gasten, que de mí sabrán
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que es mi aforismo el refrán:
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30 vivir bien,
beber mejor.
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Buena orina y buen color,
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y tres higas al doctor.
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Oh bien haya la bondad
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de los castellanos viejos,
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35 que al vecino
de Alaejos
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hablan siempre en puridad,
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y al santo, que la mitad
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partió con Dios de su manto,
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no echan agua, porque el santo
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40 sin capa no
habrá calor.
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Buena orina y buen color,
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y tres higas al doctor.
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