lunes, 15 de agosto de 2011

TEMA 4: LITERATURA MODERNISTA. CARACTERÍSTICAS


TEMA 3.1: EL REALISMO Y NATURALISMO EUROPEO


TEMA 3: EL REALISMO Y EL NATURALISMO. CARACTERÍSTICAS. AUTORES


EL REALISMO LITERARIO

ASPECTOS POLÍTICOS, ECONÓMICOS Y SOCIALES.
Para entender el Realismo hay que tener en cuenta los siguientes aspectos de diversa índole (de distinta naturaleza):
- Debido al deterioro social, político y económico del país, en 1868 se produce una revolución, La  Gloriosa, que origina la caída de la reina  Isabel II quien tuvo que exiliarse en Francia.

- En ese mismo año se publica La Fontana de Oro de Benito Pérez Galdós, considerada como la primera obra completamente realista.


- Desde mediados del s. XIX, y como consecuencia del capitalismo y la Revolución Industrial, la burguesía toma una importancia extraordinaria, logra el poder económico y social. El arte es hecho “por” y “para” ella.

- Grupos afiliados a diversos partidos formaban reuniones en cafés, casinos, trastiendas y casas particulares.

- Desde 1868 hasta 1874 se produce el sexenio  revolucionario, durante el cual los gobiernos se sucedieron vertiginosamente, el poder estará en manos de diversos partidos políticos: Conservadores y Liberales.

- En 1873 se proclama la II República que durará un año.

- En 1875 Alfonso XII sube al trono, restaurando así la Monarquía Borbónica. Diez años más tarde, a su muerte, se establece la Regencia de Mª Cristina (esposa de Alfonso XII) hasta que en 1902 su hijo Alfonso XIII adquiere la mayoría de edad.

- Los folletines y novelas por entrega gozan del fervor popular.

- Debido al crecimiento de las industrias y las pésimas condiciones de la clase obrera se extienden entre estas clases doctrinas como el Socialismo o el Marxismo.

- Durante este periodo son significativos los avances científicos; la sociedad muestra orgullosa su progreso: se inauguran las exposiciones universales que jalonarán todo el siglo, a partir de la primera celebrada en Londres en 1851.

- En 1898 se produce la Guerra contra EE.UU. en la cual España pierde las últimas colonias.

LA CORRIENTE REALISTA
A mediados del s. XIX se impuso en Europa una nueva corriente de pensamiento que llevaba aparejada una nueva idea distinta del mundo.
Esta nueva mentalidad tenía como base algunas corrientes científicas y filosóficas:
-          El Positivismo: Filosofía (pensamiento) que sólo consideraba verdadero aquello que se podía observar y experimentar.
-          Las teorías de la herencia biológica.
-          Teorías de la evolución de las especies (Darwin).
-          En Psicología se produce un avance muy fuerte.
-          La Sociología (estudio de las sociedades)
-          Etc.
Con el término Realismo se alude a la corriente literaria que se desarrolló en la 2ª mitad del s. XIX cuya característica principal es la representación objetiva de la realidad. En este sentido, el Realismo está muy ligado a los acontecimientos sociales de este periodo (2ª mitad del s. XIX) y en muchos casos a la burguesía, que logró un poder económico y social, y se convirtió en la clase dominante.
Esta corriente está basada en principios científicos y su principal método es la observación.

CARACTERÍSTICAS DEL REALISMO
Teniendo en cuenta que el Realismo pretende reflejar la realidad exterior tal  como es, se comprende que el género literario más cultivado sea la novela. Y es este género donde mejor se aprecia las características fundamentales de esta corriente literaria:

-          Se atiende más al mundo exterior que ha de ser escrito de manera objetiva y fiel y precisa.
-          Los autores se centran en la realidad más próxima, más conocida; como consecuencia se describe la sociedad contemporánea del autor.
-          El método utilizado por los autores  es la observación directa, toma de apuntes, documentación rigurosa.
-          Los escritores reflejan con precisión tanto los ambientes (costumbres, lugares, vestidos, etc.) como los caracteres de las personas.
-          Abundan las descripciones.
-          La actitud del autor es a priori objetiva e impersonal ya que actúan como un notario o un cronista que por lo general no está presente en el relato. Se suele utilizar el narrador en 3ª persona.
-          El estilo suele ser natural y la lengua adaptada a la situación y la condición de vida de los personajes: culta, popular e incluso vulgar.
-          Los temas tratados son muy variados: la política, el trabajo, la vida de los barrios bajos, etc.
-          La intención puramente estética de los autores románticos dará paso a una intención moralizante y crítica.

NATURALISMO
Es una corriente literaria que lleva hasta las máximas consecuencias los postulados del Realismo.
Sus bases fueron establecidas por el autor francés Émile Zola, a partir de dos corrientes científicas y filosóficas de la época:
-          El Materialismo: considera que todo tiene una explicación física y niega la existencia de un Ser Superior.
-          El Determinismo: entiende que la razón de los problemas sociales están en el ambiente y la de los individuos en la herencia biológica.
Los ambientes naturalistas suelen ser miserables, con personajes, muchos de ellos tarados, alcohólicos y psicópatas, marcados por la sociedad o el entorno familiar.
Si el escritor realista es “notario” de lo que sucede, el naturalista obra como “juez” que investiga los antecedentes y las causas de los problemas de la sociedad.
El lenguaje suele ser natural, vulgar e incluso soez.

LA NOVELA REALISTA EN ESPAÑA
La nueva corriente narrativa tuvo una gran acogida en España, debido a que nuestra literatura ya contaba con antecedentes de novela realista: Cervantes, la novela picaresca, los relatos costumbristas, etc.
Además, los escritores españoles leyeron a las grandes figuras de la novela europea: Flauvert con  Madame Bovary , Dickens con Oliver Twist y Tolstoi con Guerra y paz y Ana Karenina.

ESCRITORES REALISTAS ESPAÑOLES
Según su ideología, los realistas españoles adoptaron dos posturas:
- Los tradicionalistas (conservadores) que procuraban enmascarar e idealizar los aspectos más desagradables de la sociedad.
- Los progresistas, que recurrían a la denuncia y a las críticas sociales.

Los escritores más destacados del realismo español son: Fernán Caballero, seudónimo de Cecilia Bölh de Faber (autora de LA Gaviota en 1849 que se toma como fecha del distanciamiento del Romanticismo y Realismo en España), Pedro Antonio de Alarcón, Benito Pérez Galdós Y Leopoldo Alas (Clarín).


 BENITO PÉREZ GALDÓS



Vida
Nació en Las Palmas de Gran Canarias en 1843 y estudió derecho en Madrid (pero no lo finalizó). Se dedicó desde muy joven a la literatura; muchas de sus novelas se publicaron por entrega lo que le proporcionó dinero para vivir.
Inicialmente liberal progresista, y después republicano, con el tiempo se mostró menos radical y más preocupado por los problemas sociales.
Los últimos años de su vida estuvieron llenos de penalidades: perdió la vista y pasó grandes apuros económicos. Murió en 1920 en Madrid.
Viajó por toda España y la España que vio no le gustaba, y comenzó a indagar para conocer la raíz de los males. Primero en el pasado próximo (cuyo fruto será Episodios Nacionales), luego en la vida que lo rodea (surgen las novelas largas).

Obra
La producción literaria es extensísima. Escribió varias obras de teatro y más de cien obras narrativas.
Las obras narrativas están tradicionalmente clasificadas en dos grandes grupos:

a)      Episodios nacionales:
Nos presenta una historia novelada del siglo XIX. Consta de cinco series de 10 novelas cada una, excepto la última serie que está sin acabar (sólo 6 novelas); son un total de cuarenta y seis novelas en que el autor narra los principales acontecimientos del siglo, desde la Guerra de la Independencia contra Francia (1805) hasta la Restauración (1875).
En ellas, Galdós mezcla con gran habilidad acontecimientos públicos (históricos) y privados (novelescos).
Entre otras características, la originalidad de la obra reside en que Galdós escribe en ciertos episodios como Trafalgar o Prim novela histórica contemporánea al autor.


b)      Novelas largas:
Sus primeras novelas nacen de sus reflexiones sobre el problema de España.
 En ellas, Galdós nos presenta un mundo enfrentado ideológicamente: los tradicionalistas, intransigentes y apegados al pasado, y los progresistas, más abiertos. Su propósito es criticar el triste frecuente enfrentamiento fraticida (entre hermanos) entre esos dos grupos españoles. Tienen un tema común: la intolerancia.
  A esta época pertenecen:
-  Gloria.
- Doña Perfecta, Galdós, movido por sus ideales liberales, acusa de intransigente al catolicismo español.
- Marianela: cuyo protagonista muere cuando nota que el joven a quien servía de lazarillo advierte su fealdad al recobrar la vista y se enamora de otra.   Este periodo puramente realista empieza con
La familia de León Roch marca la transición entre este tipo de novelas a las del periodo puramente Realista, a las que Galdós llamó novelas españolas contemporáneas, un conjunto de obras en las que refleja la sociedad española de su tiempo.
 Personajes de todas las clases sociales deambulan por cualquier ambiente imaginable, movidos por ideales tanto nobles como miserables.
La sociedad española que nos presenta el autor es hipócrita, inculta, falta de ideales con políticos ineptos…
Son de destacar:
-  Miau
- y Fotunata y Jacinta: cuenta los tormentosos y dramáticos amores de una muchacha de pueblo, Fortunata, con Juanito Santa Cruz, un señorito madrileño que se casa con una joven burguesa, Jacinta. 
En las últimas novelas, Galdós se muestra más pesimista y denuncia la falta de cariad y amor hacia las personas menos favorecidas, la injusticia, el desagradecimiento, el egoísmo…
- Sirva de ejemplo Misericordia.: El autor pinta con simpatía la abnegada generosidad de la Señá Benigna, oponiéndola al egoísmo de sus amos, que la abandonan olvidando los sacrificios que hizo por ellos.

Como dramaturgo, Galdós inició muy tarde su carrera y entre sus obras destaca El abuelo

Características:
-         Emplea retrato: la descripción es detallada y minuciosa.
-         Su postura es la del narrador omnisciente y aparece en el texto con frases dirigidas al lector a quien pretende orientar a la interpretación de los hechos.
-         Cuando describe o narra no le importa “decirlo todo”.
-         En sus descripciones usa mucho el adjetivo.
-         El diálogo de los personajes es ágil y fiel a la realidad.








LEOPOLDO ALAS, CLARÍN  

Vida
         Leopoldo Alas, Clarín, nació en Zamora en Zamora en 1852 de familia acomodada, aunque pasó toda su vida en Oviedo donde estudió la carrera de Derecho, fue catedrático en la Universidad y murió en 1901.
De ideología liberal, adoptó posturas profundamente críticas frente a la sociedad de su tiempo. Denunció la hipocresía, la corrupción política, los convencionalismos, la insolidaridad, la explotación obrera, las injusticias, la falsa piedad, etc.

Obra
Su obra literaria se desarrolló en dos vertientes: la crítica y la narrativa.
Como crítico, la obra de Clarín en este campo está recogida en colecciones tales como Solos. Fue temido por la dureza y la fuerza de sus comentarios. Defendió a escritores malinterpretados en sus obras como Benito Pérez Galdós. Escribió artículos que muestran su excelente formación cultural y su gran talla intelectual. Es probablemente el mayor crítico literario de su época.

Como prosista, la obra narrativa de Clarín está compuesta por varias novelas y más de 60 cuentos:
-         Entre los cuentos destacan Doña Berta, Pipá, y ¡Adiós Cordera¡ Éste último es un emotivo relato en el que se ensalza la vida sencilla frente a los avances y el progreso.
-         Entre su protección novelística destacan Su único hijo y, muy en especial, La Regenta, obra cumbre de la narrativa española.

La Regenta
La Regenta está compuesta por dos partes de 15 capítulos cada una de ellas.
A lo largo de la primera parte sólo transcurren 3 días, ya que en ella predomina la descripción, tanto de ambientes como de los personajes, lo que nos da una idea bastante aproximada de la minuciosidad y el detalle que Clarín aplica.
En la segunda parte predomina más la acción, por ello, el intervalo de los quince últimos capítulos es de tres años.

Argumento de la obra:
La acción transcurre en Vetusta, ciudad ficticia del norte de España que, desde la aparición de la novela ha sido identificada con Oviedo, tanto por los lectores como por la crítica.
Allí vive la protagonista, Ana Ozores, esposa del Regente de la Audiencia, don Víctor Quintanar, mucho mayor que su esposa y de carácter apacible. La joven Ana es una mujer inquieta, insatisfecha y abrumada por la sociedad tradicional y cerrada de la que intenta evadirse a través de la religión, por lo que se relaciona de manera especial con el sacerdote don Fermín de Pas, hombre ambicioso y sin escrúpulos.
Cree encontrar el gran amor de su vida en la figura de don Álvaro Mesía (donjuán maduro y, como don Fermín, carece de escrúpulos), que intenta seducirla.
El desenlace es desolador: don Víctor muere en un duelo con don Álvaro. Toda la sociedad vetustense, incluido su confesor, don Fermín de Pas, condena por ello a Ana, que acaba siendo despreciada por todos.


Interpretación de la obra
En La Regenta, imponente retrato de la sociedad española del siglo XIX, se analiza, de manera prodigiosa, el ambiente de Vetusta (que bien podría ser el de cualquier ciudad de provincias de la época).
Leopoldo Alas destaca en esta obra la hipocresía y la corrupción de la sociedad del momento donde la gente mata su tiempo con total falta de piedad y respeto al prójimo. El autor nos presenta un panorama desolador:
-         una aristocracia y una burguesía vulgares y corrompida
-         un clero materialista y ambicioso
-         una sociedad, en general, inculta, intransigente, mezquina y aferrada al pasado.

Técnica y estilo
La Regenta es una obra de una gran perfección en cuanto a la técnica y el estilo.
El carácter naturalista de La Regenta se aprecia, sobre todo, en la presión que la sociedad ejerce sobre los protagonistas, fundamentalmente sobre Ana Ozores y el Magistral, Fermín de Pas. La conducta y el temperamento de ambos personajes están marcados por sus orígenes, por ambiente familiar en que se han educado y por el contorno social en que se mueven.

 Sus características:
-         la penetración psicológica en el análisis de los caracteres de los personajes,
-         el portentoso retrato de la sociedad de la época en la que se reflejan todas las clases sociales,
-         la gran perfección constructiva,
-         sus excelentes descripciones,
-         y su estilo sobrio, elegante y riguroso, combinado con una gran dosis de ironía
hacen de La Regenta una obra maestra de la literatura universal.

Juan Valera: vida y obra literaria


Juan Valera (1824-1905)

Juan Valera y Alcalá Galiano nació en Cabra, Córdoba (España), el 18 de octubre de 1824 en el seno de una familia aristocrática. Sus padres, ambos de origen aristocrático, eran el marino José Valera Viaña y la Marquesa de la Paniega Dolores Alcalá Galiano. Los años de su niñez transcurrieron en el mundo rural andaluz, que después se reflejará en muchas de sus novelas.
Antes de iniciar sus estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Granada, estudió Lengua y Filosofía en el seminario de Málaga entre 1837 y 1840 y en el colegio Sacromonte de Granada en 1841.
Ingresó en el cuerpo diplomático y desempeñó diversas funciones diplomáticas en varias embajadas (Nápoles, Lisboa, Río de Janeiro, Dresde y Rusia) y, más tarde, fue ministro plenipotenciario en diversas capitales europeas y en Washington. Fue diputado y ocupó importantes cargos en la administración. En 1861 ingresó en la Academia de la Lengua. La última etapa de su vida transcurrió alejada de toda actividad pública, a causa de su ceguera.
Valera fue un hombre de mundo, elegante, distinguido y refinado, de gran cultura y brillante ingenio, y con cierta dosis de escepticismo e ironía distanciadora.


A) Crítico y Ensayista
Juan Valera escribió interesantes artículos y ensayos filosóficos e histórico-políticos y numerosos estudios de crítica literaria sobre autores y obras clásicos y contemporáneos antes de dedicarse, tardíamente, a la novela. Es fundamental hacer mención de su numerosa correspondencia: las cartas de Valera, con prosa impecable, en las que plasma su experiencia viajera y amorosa y sus opiniones sobre muy diversos temas como los literarios.
B) Novelas
Valera se declara literariamente como un esteticista y se sintió alejado tanto del Romanticismo decadente como del Realismo y Naturalismo de su tiempo. Según él, la misión del novelista consiste en crear obras bellas e inteligentes que sirvan de entretenimiento, de lectura amable, no tanto dar testimonio de la realidad o defender posturas ideológicas. Debe embellecer la realidad, en caso de ser preciso, con el fin de evitar los aspectos desagradables.
Sin embargo, y a pesar de lo anteriormente dicho, las novelas de Valera se caracterizan en cierto modo por ser realistas al escoger ambientes precisos, personajes verosímiles y por el análisis psicológico, muy minucioso que hace de muchos de sus personajes.


Pepita Jiménez
La novela más importante de Juan Valera y la primera fue Pepita Jiménez publicada en 1874. Tiene forma epistolar en su mayor parte y narra el lento proceso de seducción de un seminarista, Luís Vargas, por una joven y hermosa viuda, Pepita Jiménez. Es una novela fundamentalmente psicológica, en la que el autor analiza la interioridad de los dos protagonistas. A través de la correspondencia entre Luis Vargas y un tío suyo sacerdote, personaje de gran importancia en la obra, se va presentando la lucha interior entre la vocación religiosa y la fascinación que al protagonista le produce Pepita. La evolución de Luis Vargas está perfectamente analizada: se trata de un proceso en el que se mezcla la seguridad jactanciosa, el falso misticismo, el desconocimiento del mundo, la soberbia espiritual, los remordimientos, angustias y dudas, hasta llegar, por fin, a la certeza de su ilusoria vocación y a la entrega a Pepita. Sobre el carácter de ésta también obtenemos un perfilado preciso a través de lo que de ella dicen otros personajes, sobre todo Luis.
Juanita la Larga
Aparecido en 1895, es otro acierto novelístico de Valera. Se trata de un relato amable en el que sobresale un personaje femenino, Juanita, en una trama amorosa en la que se incluyen muchas escenas costumbristas de la Andalucía natal del autor.
Otras novelas son El Comendador Mendoza (1877), Doña Luz (1879), Genio y figura (1897) y Morsamor (1899).
En las novelas de Valera predominan dos valores permanentes: la perfección clásica de su lenguaje: elegante correcto y expresivo, y el acierto y profundidad en el análisis psicológico e sus personajes, en especial de los femeninos.





TEMA 2.4: EL ROMANTICISMO EN EUROPA


viernes, 12 de agosto de 2011

TEMA 2.3: EL TEATRO ROMÁNTICO


El teatro romántico español

Introducción
a pervivencia del teatro neoclásico, tanto de la tragedia como de la comedia moratiniana, fue uno de los motivos que retrasaron la introducción del drama romántico en España y que impidieron su triunfo completo. De hecho, ambas líneas teatrales convivieron y originaron polémicas sobre los "clásicos y los románticos".
En muchos casos habría que hablar más de obras románticas que de dramaturgos románticos, pues muchos de ellos escribieron obras tanto dentro de la orientación romántica como de la comedia neoclásica.
Las fechas y las fases del teatro romántico son muy similares a las que se han señalado para la poesía lírica (véase la sección Literatura Poética), pero en este caso están más unidas a unas obras concretas (a sus estrenos). Así, el estreno en 1834 del Macías, de Larra, y de La conjuración de Venecia, de Martínez de la Rosa, constituirían una especie de prólogo a los grandes éxitos de los años siguientes: 1835, Don Álvaro, del Duque de Rivas; 1836, El trovador, de García Gutiérrez; 1837, Los amantes de Teruel, de Hartzenbusch, y 1844, Don Juan Tenorio, de Zorrilla. El último gran éxito del teatro romántico, con el que éste se puede dar por terminado, se produce en 1849 con el estreno de Traidor, inconfeso y mártir, de Zorrilla.
A partir de esta última fecha (e incluso antes), el teatro romántico sobrevive utilizando lo más efectista y superficial que en él existía, mezclado a veces con elementos del Neoclasicismo, que nunca desaparecieron del todo.
Este posromanticismo teatral va incorporando elementos más realistas que originarán, en la segunda mitad del siglo, la "alta comedia": entre 1840 y 1860 puede hablarse, pues, de una etapa de transición al realismo.
Las características
En cuanto a su forma y estructura, el drama romántico pretendió romper con el drama neoclásico; opuso la libertad de creación a la disciplina y unidad neoclásicas: ello supone el rechazo de todas las normas, la mezcla de géneros, así como de la prosa y el verso (que concede originalidad a la obra, pero que no suele estar justificada por cambios de contenido o de estructura) y la polimetría, y una predilección por determinados escenarios (lugares solitarios, cementerios, cárceles). La obra puede estar dividida bien en tres, en cuatro o en cinco actos. Interesante es también la aparición de las acotaciones escénicas, en las que el autor incluye datos sobre los personajes o el escenario.
El héroe y la heroína románticos protagonizan el drama, revestidos de unas características muy similares en la mayoría de las obras: ambos son hermosos y viven un amor imposible, estorbado por el destino; el misterio rodea al héroe: su origen suele ser desconocido y, como efecto dramático, al final de la obra se produce el reconocimiento (la "anagnórisis") que demuestra sus orígenes nobles y, en muchas ocasiones, su parentesco precisamente con aquel a quien ha causado su muerte. Los demás personajes del drama representan la oposición, los impedimentos a la consecución del amor de los protagonistas, o bien se comportan como simples espectadores de ese amor.
El gran tema del teatro romántico es el amor, un amor total, fatídico, que conduce inevitablemente a la muerte. Junto a él aparece el tema de la libertad romántica, del sentimiento de esa libertad absoluta: amor, libertad y destino son el centro de todo el teatro romántico.
El género dramático romántico por excelencia es el drama histórico, pero se escribieron también tragedias románticas (herederas de las neoclásicas). Y junto a estas obras se continuaron otras formas dramáticas, como los melodramas y las comedias neoclásicas o las comedias de magia, cuyo éxito era enorme.
AUTORES
Ángel de Saavedra, Duque de Rivas
Introducción biográfica


ació en Córdoba (1791-1865). Combatió en la guerra de Independencia, y en las Cortes de Cádiz defendió las ideas liberales. En 1823 tuvo que exiliarse; vivió en Londres, Italia, Malta y Francia, y regresó a España en 1834. En este año hereda el título de duque de Rivas junto con una importante fortuna; a la vez, sus posiciones políticas se hacen más conservadoras.
Es nombrado ministro y en 1836 vuelve a exiliarse a Lisboa tras el motín de La Granja. Ocupó otros cargos políticos (presidente del Gobierno en 1854) y diplomáticos (embajador en París y Nápoles). Ocupó también la presidencia de la Real Academia Española de la Lengua. Murió en Madrid.
Obra
Formado en el Neoclasicismo, sus primeras poesías líricas están dentro de la poética del siglo XVIII, en la línea de Meléndez Valdés. Las publicó en 1814 (Poesías). En sus poemas largos, de tipo narrativo, va acentuando su romanticismo hasta llegar a sus leyendas y romances. Algunos títulos de esta evolución poética son El paso honroso (1812), El sueño del proscrito (1824), Florinda (1826), El faro de Malta o Córdoba y Burgos en el siglo XI (1834), El moro expósito (1834) y Romances históricos (reunidos en libro en 1841).
La obra dramática del Duque de Rivas es una de las más destacadas del movimiento romántico. Como en la poesía lírica, comenzó dentro de la línea neoclásica, con la tragedia Lanuza (1822) y algunas otras que reunió en sus Obras completas (1854), escritas en los primeros años de su vida literaria: Ataúlfo (1814), Aliatar (1816), Doña Blanca (1817), etc.
Sin embargo, el éxito lo consiguió con el estreno en 1835 de Don Álvaro o la fuerza del sino. El tema de la obra es el fatal destino que acaba triunfando sobre el amor imposible de los protagonistas. En ella se mezclan el verso y la prosa, y aparecen algunos lugares tópicos del teatro romántico (la cárcel, un monasterio), así como el suicidio del héroe como única salida para huir de su trágico destino. Uno de los aspectos más destacados de la obra es la presentación de algunos actos a través de cuadros costumbristas, al margen de la acción principal, que van introduciendo las situaciones dramáticas.
Posteriormente, el teatro del Duque de Rivas se alejó de los modelos románticos que él mismo había contribuido a hacer triunfar, con obras como El desengaño en un sueño (1842), una comedia de las llamadas "de magia", o comedias de corte moratiniano como Tanto vales cuanto tienes (1840).

José Zorrilla
Introducción biográfica
ació en Valladolid (1818-1893). Estudió en Madrid, Toledo y Valladolid, pero abandonó la Universidad para establecerse en Madrid y dedicarse a la literatura. Se hizo famoso al recitar una composición poética en el entierro de Larra (1837). Después ocupó el puesto que el propio Larra había dejado en la revista El Español, donde comenzó a publicar sus poemas.
En 1837 contrajo matrimonio con Matilde O'Reilly. Vivió mucho tiempo fuera de España, sobre todo en París (1846 y 1850-55), donde conoció a los grandes románticos franceses (Dumas, George Sand, Alfred de Musset), y en México (1855-1866), donde dirigió el Teatro Nacional durante el gobierno del emperador Maximiliano.
A partir de 1866 vive en Madrid y Barcelona, vuelve a casarse (con Juana Pacheco), viaja por Italia y es nombrado académico en 1882. El duque de Rivas lo coronó como poeta nacional en Granada (1889).
Obra
Publicó sus Poesías en ocho volúmenes (1837-1840), y sus Leyendas en verso, entre 1840 y 1845. Zorrilla fue un versificador de gran habilidad y, a pesar de muchas imperfecciones, la musicalidad de sus versos es excelente. Sus temas más frecuentes son el amor, la religión y asuntos de tipo histórico.
Su obra teatral es bastante amplia y a ella pertenece una de las más famosas obras románticas, Don Juan Tenorio (1844), quizás la única que ha resistido el paso del tiempo de entre todas las del teatro romántico español. La obra trata el tema del "donjuan", que había sido ya tratado en el teatro por autores como Tirso de Molina, Molière o Antonio de Zamora. Pero en la obra de Zorrilla el amor romántico es más fuerte que el propio destino y consigue salvar a su don Juan de la condena final que aguardaba a los donjuanes literarios que le preceden.
Los temas de su teatro son generalmente de tipo tradicional, muchos procedentes del Siglo de Oro; los personajes suelen estar bien definidos y la intriga mantiene la atención del espectador.
Otros títulos conocidos e importantes son Vivir loco y morir más (1837), El zapatero y el rey (1840), El eco del torrente (1842), Sancho García (1842), El molino de Guadalajara (1843), El puñal del godo (1843) y Traidor, inconfeso y mártir (1849), y una tragedia de tipo clásico: Sofronia (1843).

TEMA 2.2: LA PROSA ROMÁNTICA(CONTINUACIÓN)

CONTINUACIÓN AUTORES PROSA ROMÁNTICA
Ramón de Mesonero Romanos
Introducción biográfica


ació en Madrid (1803-1882). De familia acomodada, desde muy joven se inició en la literatura. Combatió en el ejército español que luchó contra los "Cien mil hijos de San Luís" en 1823 y que supuso el fin del trienio liberal.
Viajó por Europa, y entre 1846-49 fue concejal del Ayuntamiento madrileño, en el que llevó a cabo algunos intentos de reformas urbanísticas. Entre otros cargos públicos fue diputado (1858) y cronista de Madrid (1864). En 1847 fue elegido académico de la Lengua.
Obra
Comenzó a publicar desde muy joven; ya en 1822 apareció de forma anónima Mis ratos perdidos o bosquejo de Madrid en 1820 y 1821, obra en la que se aprecia ya un cierto costumbrismo. A partir de 1823 lleva una amplia actividad teatral, con refundiciones de clásicos y algunas obras originales en la línea neoclásica, como La señora de protección (1828) y Marido joven y mujer vieja (1829).
A partir de 1832 inicia la publicación de sus artículos de costumbres con el seudónimo de "El Curioso Parlante", en las revistas Cartas Españolas, Revista Española y Semanario Pintoresco Español, publicación esta última que él mismo fundó y dirigió entre 1836 y 1843. Reunió en varios libros sus artículos en los treinta años siguientes: Panorama matritense (1835), Escenas matritenses (1842) y Tipos y caracteres (1862). En ellos, Mesonero despliega un estilo minucioso, a veces discursivo, y un humor amable sin sarcasmo.
Se muestra antirromántico y defensor del casticismo tradicional español (madrileño casi siempre: Madrid es el tema de casi todos sus artículos). Su obra costumbrista tuvo mucha influencia y llegó incluso a algunos de los novelistas realistas de la segunda mitad del siglo, como José María de Pereda o Pérez Galdós, al que asesoró en las primeras series de sus Episodios nacionales.
En esta misma línea costumbrista publicó una guía de Madrid (Manual de Madrid, 1831) y El antiguo Madrid (1861), en el que manifiesta su nostalgia por la ciudad antigua que está cambiando rápidamente (y a cuyos cambios él mismo había colaborado desde su puesto de concejal y su Proyecto de mejoras generales de Madrid, de 1846).
Escribió también un libro de viajes, Recuerdos de viaje por Francia y Bélgica en 1840 y 1841 (1841) y un libro de memorias, Memorias de un sesentón (1880).

Mariano José de Larra
Introducción biográfica
ació en Madrid (1809-1837) y pasó sus primeros años en Francia, país al que tuvo que exiliarse su familia (su padre era un médico afrancesado) al salir las tropas francesas. Regresó en 1817 y estudió Medicina en Madrid, y Derecho en Valladolid y Valencia; no terminó ninguna de las dos carreras.
Dedicó casi toda su corta vida al periodismo y a la literatura. En 1829 contrajo matrimonio con Josefa Wetoret, de la que se separaría unos años después. En 1834 realizó un viaje por Europa (Portugal, Londres, Bruselas, París). En 1837, tras la ruptura con su amante Dolores Armijo, se suicidó.
Obra
Aunque Larra escribió poesía, teatro y novela, su importancia literaria se basa sobre todo en sus artículos periodísticos. Su actividad en la prensa se inicia en 1828 y se desarrolló de esta forma:
viñeta
1828: publicó El Duende Satírico del Día, que fue prohibido, después de cinco números, por la censura. Con el seudónimo de "El Duende" aparecieron sus primeros artículos de costumbres.
viñeta
1832-33: publica los catorce números de El Pobrecito Hablador, que también fue prohibido. Firmaba con el seudónimo de "Juan Pérez de Munguía".
viñeta
1833-34: colabora con artículos de costumbres, crítica literaria y políticos en Revista Española y El Observador. Firma con su seudónimo más famoso, "Fígaro".
viñeta
1835-37: escribe artículos para El Redactor General y El Mundo.
Reunió los artículos aparecidos en la prensa entre 1828 y 1835 en los cinco volúmenes publicados con el título Colección de artículos dramáticos, literarios, políticos y de costumbres (1835-37).
Los artículos de su primera época son, sobre todo, de costumbres, y en ellos se muestra crítico, irónico y sarcástico al hablar de la vida española; no hay añoranzas del pasado ni casticismos de tipo folklórico, más propios de autores de ideología conservadora y tradicional opuestos a las ideas liberales de Larra. De esta época son "En este país", "Vuelva usted mañana", "El duende y el librero" o "El castellano viejo".
Los artículos de crítica literaria trataron principalmente de teatro: críticas de estrenos, de obras españolas y extranjeras o de teoría dramática. En ellos se pueden descubrir las ideas teatrales y literarias de Larra; en este sentido suele citarse su artículo "Literatura", de 1836, casi como un manifiesto de sus teorías literarias.
Los artículos con mayor carga política corresponden a los últimos años de su vida; por ejemplo, en "El día de difuntos" (1836) manifiesta su desengaño y la consideración que le merece la vida española, aprovechando el recorrido que hace por la ciudad.
En cuanto a la estructura de sus artículos, Larra utilizó varios recursos; la forma de tipo autobiográfico, en la que él mismo es el protagonista, es muy frecuente. En otros casos adopta la forma de cartas y en algunos la de un sueño (por ejemplo, en "La Nochebuena de 1836"). A veces introdujo digresiones de tipo moral o filosófico, en las que expresa de una manera más teórica sus ideas.
Larra concedía una gran importancia al lenguaje. Adoptó una postura intermedia en cuanto al empleo de los recursos lingüísticos: atacó el excesivo purismo y defendió la introducción de galicismos, por ejemplo; pero a veces también defendió el casticismo. Era partidario de la claridad y de la precisión, aunque en sus primeros artículos se aprecia un cierto retoricismo.
Larra publicó una novela histórica, El doncel de don Enrique el Doliente (1834), con el mismo tema que su drama Macías; esta novela está en la línea de las obras del francés Alejandro Dumas y, sobre todo, del inglés Walter Scott.
Menor importancia tiene su obra poética, que comprende algunos romances, poemas amorosos y poesía de circunstancias, como las odas a "La exposición industrial de 1827" o a "Los terremotos de Valencia y Murcia" (1829), que son más neoclásicas que románticas.
Larra fue un crítico teatral respetado y serio; sus ideas sobre el teatro tienen el mayor interés para el conocimiento de la actividad dramática romántica en su primera época. Él mismo intentó este género literario, pero con escaso éxito: no dominaba los recursos dramáticos ni tenía habilidad en el manejo del verso. En 1834 estrenó Macías, un drama histórico ambientado en la Edad Media. Realizó además traducciones y adaptaciones de obras francesas, de las cuales la más conocida es No más mostrador (1831), a partir de una obra del francés Scribe.
Enrique Gil y carrasco
Introducción biográfica


ació en Villafranca del Bierzo, León (1815-1846). Comenzó sus estudios en el seminario de Astorga; en Valladolid y Madrid siguió la carrera de Derecho. Fue amigo de Espronceda, que le introdujo en los medios literarios de Madrid. Trabajó en la Biblioteca Nacional. En 1844 fue enviado a Berlín con una misión diplomática; allí conoció a escritores alemanes y fue condecorado por el rey de Prusia. Enfermo de tuberculosis, murió en Berlín.
Obra
Publicó en revistas artículos de crítica teatral y de tipo costumbrista. Su obra más importante es una novela histórica, El señor de Bembibre (1844). Escribió además el Diario de un viaje, sobre su estancia en Berlín, y algunos poemas en los que aparece un tono intimista, poco habitual en la sonora y formalista poesía romántica y que anuncia la renovación poética de Gustavo Adolfo Bécquer.

TEMA 2.2: LA PROSA ROMÁNTICA


La prosa romántica española

La novela
a novela no había sido un género especialmente apreciado y cultivado durante el siglo XVIII; fueron pocas las novelas que aparecieron durante el Neoclasicismo. A comienzos del siglo XIX, sin embargo, comienzan a publicarse bastantes novelas de tipo popular y, con el triunfo romántico, surge la novela histórica, que fue el género novelesco más interesante hasta la época realista de la segunda mitad del siglo XIX.
Hasta el éxito de esta última, la historia de la novela podría dividirse en tres periodos:
viñeta
1800-33: abundancia de la novela popular, de tipo sentimental sobre todo; su calidad literaria fue escasa, pero tuvo bastante éxito. Contenía muchos elementos de tipo "educativo" y moral. En esta época se realizan además muchas traducciones.
viñeta
1800-50: novela histórica romántica, que convive, como forma narrativa, con el costumbrismo.
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1850-68: etapa de prerrealismo, en la que se publica La Gaviota, de Fernán Caballero (véase más adelante el apartado dedicado al "Realismo")
La novela histórica, cuyos modelos más destacados fueron Chateaubriand y Walter Scott, adoptó durante el Romanticismo español dos líneas ideológicas (como, por otra parte, sucedió en los demás géneros literarios y en la propia sociedad): una liberal y otra moderada. Sin embargo, no puede considerarse que se escribieran grandes novelas históricas, a pesar del gran cultivo que tuvo el género.
El costumbrismo
Las obras de tipo costumbrista, generalmente en forma de artículos periodísticos, son lo más interesante de la prosa en el periodo romántico. Pero el costumbrismo es también un elemento que aparece en los demás géneros literarios; por ejemplo, ya se ha visto cómo algunas obras dramáticas románticas incluyen cuadros o escenas de tipo costumbrista. Los escritores costumbristas adoptaron posiciones bien de tipo tradicional (Mesonero Romanos, Estébanez Calderón) o bien progresista (Larra).
El costumbrismo describía una serie de tipos, de instituciones o de objetos; su intención podía ser muy diferente: desde la actitud más crítica, que censura y ridiculiza, hasta la añoranza por el pasado, considerado mejor que los tiempos presentes.
Los cuadros de costumbres fueron un género cultivadísimo durante el Romanticismo y, en gran medida, abrieron el camino de la novela realista de fines de siglo. Además de los tres autores más importantes ya citados, habría que recordar a muchos otros (Antonio Flores, Braulio Foz o Ramón de Navarrete); se publicó también una obra, Los españoles pintados por sí mismos (1843-1844), con artículos de más de cincuenta escritores costumbristas.

El periodismo
as publicaciones periódicas tuvieron una gran importancia en la divulgación de las ideas románticas en España. Durante el reinado de Fernando VII, la censura controló toda la prensa y sólo el trienio liberal vio aparecer algunas interesantes revistas, que desaparecieron con la vuelta al absolutismo. En los últimos años de este reinado aparecieron algunos periódicos de importancia literaria: El Duende Satírico del Día y El Pobrecito Hablador, de Larra; las Cartas Españolas y El Correo de las Damas.
Pero la aparición de las revistas más interesantes se produce tras la muerte del rey: El Español, El Artista, No me olvides, El Semanario Pintoresco Español, etc. Casi todos los autores escribieron en la prensa, y en muchos casos se publicaron en ella, por primera vez, sus poemas y las "entregas" o capítulos de sus novelas.
El ensayo
Bajo este título se sitúan todas aquellas obras y géneros cuya intención no era propiamente literaria: historia, política, crítica literaria y teatral, etc..
La crítica literaria y teatral, durante buena parte de la primera mitad del siglo, continuó teniendo una orientación neoclásica; la influencia de Alberto Lista, Quintana y de la poética neoclásica de Luzán no desapareció ni siquiera con el triunfo romántico. La polémica entre Nicolás Böhl de Faber (1770-1836) y José Joaquín de Mora (1783-1864) inauguró la crítica romántica, que continuaría con Buenaventura Carlos Aribau y Ramón López Soler, en El Europeo de Barcelona. Además de Larra, tuvieron importancia los artículos de Agustín Durán (1793-1862), Bartolomé José Gallardo (1776-1853) y Antonio Alcalá Galiano (1789-1865).
En historia constituye un cambio a la antigua orientación del Padre Mariana la publicación de la Historia general de España (1850-59), de Modesto Lafuente (1806-1866).
La política y el pensamiento están representados por autores como los prerrománticos Blanco White y el abate Marchena, así como por las obras de Concepción Arenal (1820-1893), que reivindican los derechos femeninos. El pensamiento de tipo conservador está representado por las obras de Jaime Balmes (1810-1848): El criterio (1845) y Cartas a un escéptico en materia de religión (1847), y las de Juan Donoso Cortés (1809-1853), que son una muestra del catolicismo más tradicional e integrista (Discurso sobre la situación de España, 1850).
AUTORES

Serafín Estébanez Calderón
Introducción biográfica
ació en Málaga (1799-1867) y estudió Derecho y Humanidades en Granada, de cuya universidad sería después catedrático de griego (1819). En 1822 pasó a enseñar retórica en el seminario de Málaga, donde además ejerció de abogado y se inició en la literatura. Por estos años, su ideología era liberal y por ella tuvo que huir a Gibraltar en 1824, con la restauración del absolutismo.
A partir de 1830 vive en Madrid; sus ideas eran ya más conservadoras. Ocupó diversos cargos políticos y fundó la revista Cartas Españolas con Mesonero Romanos. Murió en Madrid.
Obra
Hacia 1830 comienza a publicar artículos periodísticos con el seudónimo de "El Solitario en Acecho" o simplemente "El Solitario". En 1847 publicó en forma de libro sus artículos de costumbres, con el título de Escenas andaluzas. Centrados en el mundo andaluz, suelen ser bastante detallistas, con un lenguaje muy cuidado (a veces, incluso, con cierto preciosismo) en el que utiliza expresiones del habla popular.
Su obra literaria consta también de un tomo de Poesías (1831), la novela histórica Cristianos y moriscos (1838) y obras de tipo histórico: Sobre la invasión de Portugal en 1580 (1858) y Sobre la conquista y pérdida de Portugal (1885).

jueves, 11 de agosto de 2011

TEMA 2.1: LA POESÍA ROMÁNTICA. AUTORES

                Introducción
                Durante el primer tercio de este siglo siguen vigentes las ideas neoclásicas . La primera vez que aparece la palabra "romántico" es en el periódico madrileño "Crónica Científica y Literaria" el 26 de Junio de 1.818 . El editor de este periódico, José Joaquín de Mora tuvo una polémica con Juan Nicolás Böhl de Faber; éste intenta asociar el cristianismo con el romanticismo, mantenía que este movimiento se había dado ya en la Edad Media, y el Neoclasicismo era una interrupción de esa corriente de la cultura. Alcalá Galiano sostenía que el romanticismo en esta época tenía características propias y sus modelos no son Calderón y Shakespeare, sino Walter Scott, Chateaubriand, etc. A partir de 1.850 se inicia el realismo y en el último tercio de siglo éste se intensifica dando lugar al Naturalismo.  
              Características
La lírica romántica es un reflejo de la literatura de la época, en el sentido de que los TEMAS que toca son la reivindicación de la libertad, la subjetividad, la exaltación del “yo” y el ansia de realización del individuo en una sociedad no burguesa (lo que le lleva al mayor desprecio de las normas, del dinero y de la vida y a ser más generoso).
El paisaje y la naturaleza de­jan de ser meros decorados en los que ocurrirán los hechos, para convertirse en  fieles refle­jos de la interioridad del artista. A esta desazón romántica conviene un paisaje desafo­rado, violento, salvaje,  miste­rioso... (cementerios noctur­nos, lugares abandonados,...).

Con respecto a su FORMA cabe destacar la polimetría y su musicalidad (elementos que le dan ritmo, rimas agudas, onomatopeyas, aliteraciones, paralelismos, asíndeton, polisíndeton).
En cuanto al LENGUAJE, los poetas románticos muestran una clara preferencia por los sustantivos procedentes de los campos semánticos del sentimiento, el dolor, la insatis­facción, la muerte, etc (frenesí, arrebato, quimera, ilusión, deli­rio, sombra, tumba, etc.), así como por los adjetivos de parecido sig­nificado (misterioso, lánguido, tétrico, mágico, horrendo, som­brío,...). También recurren con mucha frecuencia al uso de arcaísmos.
La poesía romántica se desarrolla en dos direcciones: por un lado, encontramos la poesía narrativa y por el otro, la lírica. La primera da más importancia al poema como relato; suele buscar la ambientación medieval y gusta de lo lúgubre. Se suele tratar de poemas que sientan sus bases en la épica medieval, el romancero y las leyendas de transmisión oral. La segunda se manifestó en dos momentos a lo largo del siglo XIX. En la primera mitad, José de Espronceda desarrolla una producción marcada por los temas patrióticos y sociales. Y en la segunda, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro cultivan una poesía melancólica e intimista. En ella prevalecerá el psesimismo y la concepción del amor como una fuente de dolor y desengaño.

Autores
             

              José de Espronceda         

La obra poética de este romántico liberal se inició con un poema épico, El Pelayo. Su consagración llegó con la aparición de las Canciones y se afirmó con El estudiante de Salamanca y El diablo mundo.  

          Canciones

Son seis composiciones referidas a tipos humanos marginales, símbolos de valores ideológicos y morales:
El pirata y El mendigo exaltan la libertad y el individualismo románticos.
El reo de muerte y El verdugo aluden a la pena de muerte y contienen una crítica social: la indiferencia de todos ante la muerte, en la primera, y la crueldad y el afán de venganza que la sociedad descarga sobre un personaje despreciado, en la segunda.
El canto del cosaco incita a los cosacos a combatir la degradación de la «caduca Europa», corrompida por el dinero y el lujo.
La cautiva se aparta de las anteriores por su regularidad métrica y porque solo expresa el lamento individual de una cautiva mora.
El poema más conseguido de los seis es la Canción del pirata, en el que se resalta la independencia del hombre que decide rechazar leyes y autoridades y valora la libertad aun más que la vida.

          El estudiante de Salamanca

         Argumento

El protagonista, Félix de Montemar, enamora a la joven Elvira, a quien luego abandona. Ella muere de amor. Don Diego, el hermano de Elvira, se presenta para pedir cuentas al seductor, y este lo mata. Caminando por una calle a altas horas de la noche, Montemar ve la figura de una mujer. Esta visión lo intriga y atrae. Siguiéndola, asiste a su propio entierro; luego llegan a una «mansión sombría», donde descubrirá que la mujer es el esqueleto de Elvira, símbolo de la muerte y la «tumba su lecho nupcial».

          Temas e interpretación

Espronceda incorporó en este poema los motivos literarios tradicionales del burlador, que también aparecen en Zorrilla, el del hombre que presencia su propio entierro y la danza de la muerte. El tratamiento, sin embargo, refleja la nueva concepción romántica por medio de los temas del amor y la muerte. El protagonista se caracteriza por su rebeldía ante Dios.

        El diablo mundo

Esta obra está inacabada. El poema parte de una situación tópica: un hombre, ya anciano, siente la llegada de la muerte; en sueños se le aparece una diosa que le ofrece la vida eterna y todo lo que pueda desear. El viejo despierta rejuvenecido; es Adán, un joven inocente, que nada sabe.
El diablo mundo trata del sentido de la existencia en un mundo donde impera el mal, donde el individuo se enfrenta a una sociedad corrupta, cruel e indiferente.

           Canto a Teresa

Incluido como «Canto II» de El diablo mundo, este fragmento lírico está dedicado al gran amor de Espronceda, Teresa Mancha, que murió en 1839. El Canto a Teresa constituye la elegía de un amor perdido e imposible de alcanzar. En la exposición de los momentos del proceso amo­roso aparece, primero, la imagen pura y virginal de la mujer; luego, la mujer real -pero aún idealizada-, y, finalmente, la mujer que ha sucum­bido a la pasión, a la que rechaza, ya que la con­sumación del amor significa su envilecimiento.

Estilo
Uno de los aspectos más destacados en la poesía de Espronceda es el uso de gran variedad de metros y de estrofas. En sus versos son frecuentes las exclamaciones e interrogaciones retóricas, los recursos rítmicos y la antítesis de elementos, con visiones que parecen extraídas de sueños o pesadillas. La adjetivación y el léxico en general contribuyen a destacar lo visual, que se combina con sensaciones auditivas evocadoras y sugerentes.


              Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer sobresalió en la poesía lírica y se puede considerar como el primer poeta moderno. Bécquer es reflexivo y su poesía culmina con el proceso de interiorización romántico.

              Obra y temática
Cabe destacar sus Rimas, setenta y nueve breves poemas que se dividen en cuatro grupos: en el primero reflexionan sobre la poesía y su creación, en el segundo tratan sobre el amor, en el tercero sobre la decepción y el engaño y en el cuarto sobre la muerte y la soledad.
Para Bécquer la poesía nos rodea, el poeta la capta y reproduce en el poema. La poesía es sentimiento que en ocasiones se personaliza en la mujer, lo que se busca y no se encuentra. Sobre esto versa gran parte de las rimas, el amor (relacionado con la poesía, la naturaleza y Dios) inalcanzable, así como la amada. La mayoría de las veces la experiencia amorosa acaba en fracaso y desconsuelo. Por otro lado, la soledad se fundamenta en el hecho del individuo ante el enorme mundo, que recurre al refugio de la naturaleza y finaliza en el más absoluto abandono, la muerte. Percibe la realidad como un estado a medio camino entre el mundo y el sueño y la naturaleza como expresión del hombre que está en movimiento.

              Estilo
Bécquer cuida la elaboración y búsqueda de las formas necesarias para expresarse. En ocasiones se produce un diálogo entre el receptor (mujer) que se identifica con la poesía y el emisor (hombre) que lo hace con el poeta. Es muy importante su sentido del ritmo y la métrica (predominio de la asonancia y los versos endecasílabos y heptasílabos).

              Rosalía de Castro  
Para finalizar, encontramos a Rosalía de Castro, cuya producción se engloba dentro de la poesía lírica. Reivindica la cultura y lengua regionales, que nacen unidas al nacionalismo romántico. Cabe destacar tres de sus obras, dos en gallego: Cantares gallegos y Follas novas y uno en castellano: En las orillas del Sar. En su poesía se resaltan el dolor y la soledad, enfocados desde una visión pesimista de la vida y que se solucionan con la muerte, y su tierra natal Galicia, su cultura y las injusticias sociales.