viernes, 12 de agosto de 2011

TEMA 2.2: LA PROSA ROMÁNTICA


La prosa romántica española

La novela
a novela no había sido un género especialmente apreciado y cultivado durante el siglo XVIII; fueron pocas las novelas que aparecieron durante el Neoclasicismo. A comienzos del siglo XIX, sin embargo, comienzan a publicarse bastantes novelas de tipo popular y, con el triunfo romántico, surge la novela histórica, que fue el género novelesco más interesante hasta la época realista de la segunda mitad del siglo XIX.
Hasta el éxito de esta última, la historia de la novela podría dividirse en tres periodos:
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1800-33: abundancia de la novela popular, de tipo sentimental sobre todo; su calidad literaria fue escasa, pero tuvo bastante éxito. Contenía muchos elementos de tipo "educativo" y moral. En esta época se realizan además muchas traducciones.
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1800-50: novela histórica romántica, que convive, como forma narrativa, con el costumbrismo.
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1850-68: etapa de prerrealismo, en la que se publica La Gaviota, de Fernán Caballero (véase más adelante el apartado dedicado al "Realismo")
La novela histórica, cuyos modelos más destacados fueron Chateaubriand y Walter Scott, adoptó durante el Romanticismo español dos líneas ideológicas (como, por otra parte, sucedió en los demás géneros literarios y en la propia sociedad): una liberal y otra moderada. Sin embargo, no puede considerarse que se escribieran grandes novelas históricas, a pesar del gran cultivo que tuvo el género.
El costumbrismo
Las obras de tipo costumbrista, generalmente en forma de artículos periodísticos, son lo más interesante de la prosa en el periodo romántico. Pero el costumbrismo es también un elemento que aparece en los demás géneros literarios; por ejemplo, ya se ha visto cómo algunas obras dramáticas románticas incluyen cuadros o escenas de tipo costumbrista. Los escritores costumbristas adoptaron posiciones bien de tipo tradicional (Mesonero Romanos, Estébanez Calderón) o bien progresista (Larra).
El costumbrismo describía una serie de tipos, de instituciones o de objetos; su intención podía ser muy diferente: desde la actitud más crítica, que censura y ridiculiza, hasta la añoranza por el pasado, considerado mejor que los tiempos presentes.
Los cuadros de costumbres fueron un género cultivadísimo durante el Romanticismo y, en gran medida, abrieron el camino de la novela realista de fines de siglo. Además de los tres autores más importantes ya citados, habría que recordar a muchos otros (Antonio Flores, Braulio Foz o Ramón de Navarrete); se publicó también una obra, Los españoles pintados por sí mismos (1843-1844), con artículos de más de cincuenta escritores costumbristas.

El periodismo
as publicaciones periódicas tuvieron una gran importancia en la divulgación de las ideas románticas en España. Durante el reinado de Fernando VII, la censura controló toda la prensa y sólo el trienio liberal vio aparecer algunas interesantes revistas, que desaparecieron con la vuelta al absolutismo. En los últimos años de este reinado aparecieron algunos periódicos de importancia literaria: El Duende Satírico del Día y El Pobrecito Hablador, de Larra; las Cartas Españolas y El Correo de las Damas.
Pero la aparición de las revistas más interesantes se produce tras la muerte del rey: El Español, El Artista, No me olvides, El Semanario Pintoresco Español, etc. Casi todos los autores escribieron en la prensa, y en muchos casos se publicaron en ella, por primera vez, sus poemas y las "entregas" o capítulos de sus novelas.
El ensayo
Bajo este título se sitúan todas aquellas obras y géneros cuya intención no era propiamente literaria: historia, política, crítica literaria y teatral, etc..
La crítica literaria y teatral, durante buena parte de la primera mitad del siglo, continuó teniendo una orientación neoclásica; la influencia de Alberto Lista, Quintana y de la poética neoclásica de Luzán no desapareció ni siquiera con el triunfo romántico. La polémica entre Nicolás Böhl de Faber (1770-1836) y José Joaquín de Mora (1783-1864) inauguró la crítica romántica, que continuaría con Buenaventura Carlos Aribau y Ramón López Soler, en El Europeo de Barcelona. Además de Larra, tuvieron importancia los artículos de Agustín Durán (1793-1862), Bartolomé José Gallardo (1776-1853) y Antonio Alcalá Galiano (1789-1865).
En historia constituye un cambio a la antigua orientación del Padre Mariana la publicación de la Historia general de España (1850-59), de Modesto Lafuente (1806-1866).
La política y el pensamiento están representados por autores como los prerrománticos Blanco White y el abate Marchena, así como por las obras de Concepción Arenal (1820-1893), que reivindican los derechos femeninos. El pensamiento de tipo conservador está representado por las obras de Jaime Balmes (1810-1848): El criterio (1845) y Cartas a un escéptico en materia de religión (1847), y las de Juan Donoso Cortés (1809-1853), que son una muestra del catolicismo más tradicional e integrista (Discurso sobre la situación de España, 1850).
AUTORES

Serafín Estébanez Calderón
Introducción biográfica
ació en Málaga (1799-1867) y estudió Derecho y Humanidades en Granada, de cuya universidad sería después catedrático de griego (1819). En 1822 pasó a enseñar retórica en el seminario de Málaga, donde además ejerció de abogado y se inició en la literatura. Por estos años, su ideología era liberal y por ella tuvo que huir a Gibraltar en 1824, con la restauración del absolutismo.
A partir de 1830 vive en Madrid; sus ideas eran ya más conservadoras. Ocupó diversos cargos políticos y fundó la revista Cartas Españolas con Mesonero Romanos. Murió en Madrid.
Obra
Hacia 1830 comienza a publicar artículos periodísticos con el seudónimo de "El Solitario en Acecho" o simplemente "El Solitario". En 1847 publicó en forma de libro sus artículos de costumbres, con el título de Escenas andaluzas. Centrados en el mundo andaluz, suelen ser bastante detallistas, con un lenguaje muy cuidado (a veces, incluso, con cierto preciosismo) en el que utiliza expresiones del habla popular.
Su obra literaria consta también de un tomo de Poesías (1831), la novela histórica Cristianos y moriscos (1838) y obras de tipo histórico: Sobre la invasión de Portugal en 1580 (1858) y Sobre la conquista y pérdida de Portugal (1885).

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