lunes, 5 de diciembre de 2011

EL REY VALIENTE

Yo el monje Benito a día 15 de Noviembre de 1400 salgo a la calle y en la primera plaza principal de Segovia me encuentro con un juglar al que todas las personas estaban admirando. Yo me acerque, y estaba contando una historia sobre un rey guerrero y un escudero enamorados de la misma mujer. Él estaba empezando a contarla y yo me quedé a escucharla.
La historia comienza así:
Un buen día un rey guerrero Alfonso del reino de Castilla de la ciudad de León emprende camino hacia el reino nazarí de Granada donde a él le habían dicho que había una bella dama llamada Jimena.
Por el camino se encontraba con muchos fallecidos debido a las conquistas que habían surgido los últimos días. También se encontrado con caballeros y guerreros que tuvo que luchar.
Para pasar las noches se quedaba en posadas y en casas de humildes familias donde allí dormía y comía. Algunos días se los tenía que quedar en esas posadas días enteros debido al mal tiempo.
Un día el caballo se le enfermó. Alfonso dejó su caballo a los dueños de la posada donde estaba alojado. No podía perder más días debido a que iba a pasar mucho tiempo y se fue andando.
Caminó días y días hasta que un día llegó a una casa humilde en donde tenían un caballo fuerte y sano. Ese día dijo de comprárselo a cambio de monedas de oro. Pero como esta familia no tenía ningún caballo más no sabían si vendérselo. Pero el insistió dándole más monedas de oro, y entonces fue cuando esta familia vendieron el caballo.
Puso otra vez camino, y días más tarde llegó a una posada y allí conoció a un hombre llamado Fabián. Fabián pensó de irse con él como escudero.
Al siguiente día antes de partir camino se acercó Fabián hacia Alfonso y le dijo que si podía ser su escudero. Alfonso no sabía que decir porque este era demasiado joven y sabia poco de la vida pero también pensó que con un escudero al lado todo sería más fácil. Alfonso entonces le dijo –El camino es largo, duro y peligroso. No sé con lo que nos podemos encontrar debido a que podemos encontrar guerreros malos con ganas de matar.- y Fabián contestó –Yo soy valiente y sé manejar bien la espada.- y Alfonso preguntó -¿y cómo vas a venir?¿andando?- y Fabián contestó -¡Tengo una mula! Y es fuerte y sana creo que puede servir.- y Alfonso dijo -¡vale! Está bien no perdamos más tiempo ¡vamos!
Pasaron 3 días y todo parecía irles bien, pero cuando llegaron a Toledo, apareció una banda de bandidos que les querían robar sus ropas y el oro que llevara encima (todo).
Eran más que ellos (Alfonso y Fabián) y los bandidos eran cinco, así que tuvieron que luchar fuertemente. Ellos dos alzaron la espada y mataron a dos de ellos pero quedaban tres. Uno de esos tres estaba gravemente herido, debido a un corte de espada en el brazo, de la espada de Fabián. Los otros dos siguieron luchando contra Alfonso y Fabián.
Lucharon bastante rato hasta que Alfonso consiguió matar a otro y su compañero se rindió y salió huyendo. Y Alfonso le dijo a Fabián –sabes muy bien pelear eres muy valiente, me dejas sorprendido- y dijo Fabián –gracias. Vamos a buscar un sitio para pasar la noche para poder descansar y comer algo, estoy hambriento-.
Encontraron una posada cerca de una colina. Pero no podían quedarse debido a que no había ninguna cuadra para meter a los animales. Esto les costó la vida para encontrar otra posada, porque allí no había ninguna más.
Esa noche la tuvieron que pasar en la calle debido a que no había ninguna familia humilde. Una de las casas les dio unos trozos de carne, porque no podían acogerles debido a que no había más camas. Encontraron unos palos de leña, y con ellos encendieron una hoguera. Pusieron la carne encima de la hoguera y la calentaron. Fabián decía que era la carne más deliciosa que había probado.
Después de comer estuvieron charlando toda la noche del frio que hacía, hasta que se durmieron.
Por la mañana, el que más madrugó fue Alfonso. El caballo de Alfonso y la mula de Fabián habían dormido perfectamente. Su caballo se notaba muy fuerte y la mula también.
Unos pájaros que pasaban por allí despertaron a Fabián. Fabián no quería despertar. Pero Alfonso le dijo – ¡Vamos que calienta el Sol! Y no hay tiempo que perder-.
Recogieron y se pusieron en marcha con destino a Córdoba. Caminaron días y noches con tormenta hasta que al fin llegaron a Córdoba con hambre y mucho sueño. Allí buscaron donde poder comer, descansar y asearse. Allí descansaron 2 días. Y compraron comida para poder seguir con el viaje hacia el reino nazarí de Granada.
Pusieron rumbo, y por el camino se encontraron a una panda de malhechores muy famosa llamada Los Camorra, donde les pararon. Estos querían que les diera todo el oro que llevaran encima. Fabián como de costumbre no tenía ninguna moneda, pero Alfonso lo poco que llevaba se lo quitaron, pero Los Camorra pensaban que llevaban mas monedas y empezaron a luchar con ellos, pero Los Camorra eran más fuertes que ellos dos. Así que se los llevaron prisioneros. Allí los maltrataban y los pegaban para que lo soltaran todo. No les daban comida ni agua.
Una noche mientras todos dormían una buena muchacha llegó con un cántaro de agua y les dio de ella y a escondidas les dio un poco de comida y les prometió a que les iba a ayudar a escapar de allí lo más pronto posible que tuvieran paciencia y confianza con ella así que no les quedo más remedio que hacerle caso y esperar.
Una noche de tormenta cuando todos estaban riendo y borrachos que no se enteraban de nada la mucha los desato y les ayudo a escapar pero ellos no querían irse sin sus animales pero ella no sabía dónde estaban solo pudo ayudarles a escapar así que decidieron robarles sus caballos y a la vez eran más fuertes y ya no llevaban ninguna mula y esos caballos eran más rápidos y más veloces la muchacha estaba desacuerdo así que les deseo buen viaje y suerte y que corrieran bastante para que cuando despertasen esos sinvergüenzas ya no les pudieran alcanzar.
Corrieron bastante, hasta que por fin llegaron al reino nazarí de Granada en varios días. Allí buscaron a Jimena, pero no la hallaban. Preguntaron a todas las personas que se encontraban por su camino pero todos les decían que no la conocía. Pero una buena anciana les dijo donde estaba, y que Jimena estaba vendiendo en la plaza vendiendo verdura y fruta, y hacia allí se dirigieron. Allí la encontraron con ropas viejas vendiendo a cambio de monedas.
Alfonso se acerco a ella, y le pregunto –Jimena eres la muchacha que estoy buscando- y Jimena contestó -¿Quién yo?- y Alfonso le contestó –Si, eres la mujer más hermosa que es visto en mi vida- Fabián se quedó sin palabras al verla. Alfonso le preguntó por su familia y ella le dijo que no tenía padre, que lo habían matado Los Camorra y ella era la hermana mayor de cinco hermanos y ayudaba a su madre en el trabajo para criar a sus cuatro hermanos. Alfonso le dijo que quería conocer a su familia, así que cuando termino el horario de mercado, se fueron hacia la casa de Jimena.
Allí conoció a su madre y a sus cuatro hermanos, y allí Alfonso conto su historia del por qué vino a buscar a Jimena. Le contó todas las aventuras del viaje y de que había sido prisionero de Los Camorra y que él provenía del reino de Castilla de la ciudad de León y que hizo todo ese viaje para buscarla. Alfonso le pidió la mano a su madre, y su madre llorando lo aceptó, lo que Jimena pensó que iba a ser de su madre y sus hermanos y Alfonso le dijo que no les iba a faltar de nada bajo su protección.
Así que arreglaron todo y se fueron Fabián, Alfonso, Jimena, la madre y los hermanos al reino de Castilla.
Cuando llegaron al reino de Castilla, Jimena y Alfonso se casaron y todo acabó bien.
Así terminó la historia.
Siguió cantando y las personas se fueron a sus casas. Yo terminé muy emocionado de lo romántica historia. Hice las compras que tenía que hacer y me fui a mi monasterio.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Trabajo trimestal 3º C María Celia Moreno Cara

El calor de las anáforas.

Daroca, Reino de Aragón
Invierno del año 1120

Nada más pisar fuera de casa, sentí como mis dedos de los pies se agarrotaban. Apenas notaba tener manos y el vaho que expulsaba al hablar inundaba todo el ambiente junto con la espesa capa de niebla. Una fina capa de nieve cubría el pueblo entero y desde donde yo me encontraba se podía observar detalladamente la estampa de la torre de la iglesia Santo Domingo blanca como leche.
Mi madre, mi hermana Valentina y yo nos apresurábamos al mercado. Madre quería comprar unas cuantas telas para cosernos unos vestidos a las dos. Iban a ser para el cumpleaños de Valentina. Aún quedaban dos semanas y teníamos previsto celebrar una gran fiesta en nuestra casa. Por eso ella se encargó de hacer la compra aquella mañana, aunque normalmente solía encargarse de todo Isabela, la esclava.
El mercado estaba repleto de gente, a pesar del mal día que hacía. Había muchos puestos distintos para poder comprar, con mucha variedad de productos. Mi madre nos agarró muy fuerte de la mano a cada una y nos advirtió que no nos separásemos de ella. Siempre era muy protectora con nosotras. De echo Daroca nunca había sido un pueblo muy seguro. Después de comprar unos cuantos rollos de tela, decidimos volver a casa. Antes pasamos por la plaza del pueblo, en la que también había bastantes curiosos que escuchaban atentos los versos que recitaba un juglarcillo. Contaba una historia del rey Alfonso I (el batallador) que había conquistado Daroca hacía poco tiempo. El juglar era un hombre alto, delgado, moreno y simpático con el que madre había intercambiado palabras en muchas ocasiones. Atendimos a su historia unos minutos. Era emocionante y muy entretenida, y luego emprendimos la vuelta a casa de nuevo.
Isabela preparaba la comida en la cocina cuando llegamos a casa, mientras padre se encontraba fuera con su fiel escudero Marcos. Mi padre era muy buen caballero y nos contaba muchas de sus hazañas continuamente. Todos en casa estábamos muy orgullosos de él.
Cuando acabó de cocinar, Isabela nos llevó a la iglesia a Valentina y a mí. Era costumbre que nos acompañara como también lo era que fuésemos casi a diario. Mis padres que eran muy católicos y desde que éramos muy pequeñas nos habían inculcado lo mismo. La verdad es que yo no estaba muy convencida de la existencia de todo lo que contaba la Biblia. O la iglesia. Pero no nos quedaba otra que ser creyentes, y devotos, ya que madre siempre decía que así, Dios nos miraría con buenos ojos cuando muriéramos y llegáramos al cielo. Como por supuesto, también debíamos comportarnos bien, realizar buenos actos de fe con nuestros mayores, ayudar a los demás en todo lo posible… Mi madre sin duda era el mejor modelo que podíamos seguir.
En la iglesia de Santo Domingo, “Valen” y yo conocíamos a un joven monje llamado Fermín. Isabela fue con nosotras a la iglesia y nos dejó allí. Luego volvió a casa. Siempre hacía lo mismo, luego al cabo de una o dos horas volvía a recogernos.
-Buenos días pequeñas-nos saludó Fermín al rato de que entráramos-¿Se ha ido ya Isabela?
-Así es Fermín.
-¡Valla! No he tenido tiempo si quiera para hacerle saber que hoy hemos suspendido la misa. No ha aparecido casi nadie por aquí en toda la mañana, ha nevado mucho y…
-¿Cómo vamos ha volver a casa entonces?-irrumpió Valentina.
Un incomodo silencio interrumpió la conversación, Fermín miró a mi hermana consternado.
-No te preocupes, tal vez Fermín que es muy considerado quiera acompañarnos.-la consolé yo.
Por supuesto lo hizo. Nos acompañó a casa de nuevo. Madre no estaba allí y parecía no haber nadie más. Valentina y yo despedimos muy agradecidas a Fermín y entramos por la puerta de la cocina a casa. Eché un vitazo a las habitaciones de la planta de abajo, todo estaba muy limpio y reluciente, y luego miré en la de arriba.
Desgraciadamente, encontré a alguien que hubiese preferido no encontrar jamás. Me asomé a la habitación en la que dormían mis padres, la puerta estaba entornada, y descubrí a mi padre y a Isabela allí. En la cama. Juntos. No podía creerlo, ellos no me vieron a mi. No se percataron lo más mínimo de mi presencia. Aquello era como una puñalada en lo más profundo de mis pulmones, me faltaba el aire para respirar. Un caballero no podía rebajarse a eso. Y menos aún si estaba casado. Mi madre era lo más importante para mí y mi padre estaba… siéndole infiel. Decidí volver con Valentina y juntas esperamos en la cocina hasta que madre regresó. Cuando lo hizo, nos comentó que había estado visitando a su hermana, y yo por supuesto no dije nada sobre lo sucedido.

Ocurrieron varios sucesos similares hasta que mi madre, una tarde apareció con la cara hinchada, amoratada y un enorme golpe plasmado sobre una de sus mejillas. Estábamos terriblemente preocupadas por ella.
-¡Cielo Santo! ¿Qué te ha pasado?-le pregunté desesperada nada más verla.
-No es nada cariño, me resbalé en la calle. Con la nieve. Y caí al suelo.
Aunque no le creí, porque era evidente lo que estaba pasando en casa, no le dí más vueltas. Le ayude a curarse las heridas, como pudimos, en casa y estuvo unos cuantos días sin salir de ella.
Era obvio que era maltratada por mi padre, yo misma lo presencié un día. Madre le reprochó la actitud que mostraba hacia Isabela hacía ya un tiempo. Éste te acercaba mucho a ella, le sonreía a menudo, se intercambiaban miradas… Cuando mi madre discutía sobre ello, padre le comenzó a gritar agresivamente, luego le empujó contra un armario y seguidamente le pegó un puñetazo en el estómago. Sentí una impotencia enorme, yo que miraba desde el piso de arriba por el hueco de la escalera todo lo que estaba sucediendo. Sabía que no podía hacer nada, no podía entrometerme, solo tenía once años y no conseguiría nada.

Quedaban solo cuatro días para la fiesta de Valentina. Y aquella tarde decidí pedirle a Isabela que me acompañara a la iglesia, pero solo a mí. En el trayecto, Isabela intentaba ser amable y sacarme conversación.
-Que raro que quieras acudir sola a la iglesia. ¿Es que Valentina no ha querido acompañarte? ¿No os habréis peleado?
-No, que va, no le apetecía mucho salir de casa con este frío.
Yo solo le contestaba de forma ambigua y sin si quiera mirarle a la cara. No me atrevía desde aquel día.
-Bueno pues vendré a recogerte cuando acabe la misa, bonita.
Llegué a la iglesia, antes de que la misa comenzara. Mucho antes. Allí estaba Fermín. Él vivía en el monasterio que se encontraba junto a la Iglesia de Santo Domingo. Fermín podía salir del monasterio y acudir a la iglesia sin problemas. A diferencia de otros monjes.
-Buenos tardes Candela. Has llegado pronto.
-Buenas tardes. Sí ya lo sé. Es que quería hablar contigo antes.
Le conté a Fermín toda la historia de que mi padre maltrataba a mi madre y lo de que estaba siéndole infiel con la esclava. Su cara parecía un poema. No tenía palabras. Pero sus consejos no valían de mucho. Por mucho que intentara ayudarme, para lo único que valió contárselo fue para poder desahogarme con alguien. Cuando la misa terminó, esperé durante un rato a Isabela, pero no llegó. No me recogió. De modo que no me quedó mas remedio que volver sola a casa. Las calles se encontraban solitarias y calmadas. En una calle cercana a la mía, había unas cuantas personas reunidas, formando un pequeño y acogedor círculo. Cuando pasé por al lado escuché como comentaban algo sobre una muerte. La muerte de un juglar. Del juglar que yo había visto en la plaza el día que fuimos al mercado. Me sorprendió la noticia, pensé que aquel juglar no podía haber muerto de forma natural. Era joven, bastante joven. Andaba a paso lento y absorta en mis pensamientos, cuando comenzó a llover. Al principio solo chispeaban unas cuantas gotitas de lluvia, pero luego pasó a ser un chaparrón bastante fuerte. Cuando alcancé la puerta de casa estaba prácticamente chorreando de agua. Al entrar me encontré con mi madre extrañada y casi cabreada.
-¿Dónde está Isabela?
-No lo sé. No ha venido a por mí a la iglesia y me dijo que lo haría.
Comencé a quitarme los zapatos y el abrigo en el aparador, para no mojar toda la casa.
-Pues no ha vuelto desde que te dejó en misa. Y no es normal que haga esto.
La verdad es que no lo era. No era normal. Era la criada, no era mi amiga y menos aún la de madre.
Llegó el día del cumpleaños. “Valen” cumplía siete años, y aquella noche organizamos una fantástica fiesta en casa. Acudieron todos los amigos de mi padre, sus hermanos, los tíos y las hermanas de madre…
Bailábamos y reíamos en el salón todos excepto madre y Valentina que aún se arreglaban en la planta superior. Había un montón de comida servida y colocada en varias mesas. Todo estaba bien ordenado y colocado. La casa estaba radiante. Isabela atendía a las necesidades de los invitados que pedían o exigían continuadamente de todo.
De pronto padre se acercó a mí y me susurro:
-Sería mejor que fueses a avisar a tu madre para que bajen ya. Están tardando mucho y los invitados quieren ver a tu hermana.
Sus palabras parecían irónicas y no tenía muy buena cara. Asentí con un leve movimiento de cabeza y me dirigí al cuarto de Valentina. Allí no estaban, así que fui a mirar al cuarto de mis padres. Fue extraño que tampoco estuviesen allí. Comencé a desesperarme. La casa tampoco era muy grande y no quedaban muchas habitaciones en las que buscarlas.
-¡Madre! ¿Dónde estáis?
Nadie contestaba. No podían haber salido por ningún lugar sin antes haber pasado por el salón. No al menos por alguna puerta. Formulé varias veces la misma pregunta, sin ningún resultado. Busqué en algunos armarios y me dí cuenta de que faltaban algunas cosas personales de mi madre. Entonces comprendí que la única explicación posible era que se habían escapado. Que se habían marchado. Que mi madre se había llevado a mi hermana con ella y que me había dejado allí sola. Al ver que tardaba mucho, padre también subió a la planta de arriba. Echó un vistazo en las habitaciones.
-¿Dónde coño están?
-No lo sé. Aquí no.
Le dije apenas sin voz. Me desplomé sobre mí, me ahogaba lentamente en el vacío de mi mente y de mis pensamientos, de los que surgían cientos de preguntas sin respuestas. Las lagrimas comenzaron a deslizarse sobre mi rostro y mis piernas se volvían débiles al tiempo que mi corazón se volvía del mismo modo.
Padre echo una furia empezó a chillar y volvió al salón creando un gran alboroto entre la gente que allí se encontraba. Estos cuchicheaban y gritaban sin entender nada. A continuación mi padre salió a la calle y llamó a mi madre una y otra vez. Repitió su nombre sin cesar y sin obtener respuestas. Yo también salí. Visualicé humo negro en el cielo, cerca de la iglesia. Parecía un incendio o algo parecido. Gente corría calle abajo gritando y desesperados, y del mismo modo nos encontrábamos todos en casa. El monasterio estaba ardiendo. Estaba incendiado. ¡Fermín! Un suceso se amontonaba sobre otro más. Los accidentes se atropellaban entre ellos. Madre no aparecía y Valentina había celebrado su cumpleaños por todo lo “alto”. Y Fermín, él era un buen hombre que nos había ayudado mucho y probablemente se encontraría en aquel incendio.
Corrí hacia el monasterio lo más rápido que pude. Hasta que mis piernas ya no daban abasto. Padre me gritaba que retrocediese y que parara. Pero lo ignoré totalmente. Me detuve frente al monasterio. Un montón de gente se amontonaba frente a él del mismo modo. Todo estaba ardiendo. ¿Cómo podía haber ocurrido tal cosa? Lo único que podían visualizar mis ojos eran un cúmulo de gente intentando apagar las llamas. Entre ellos se encontraba Marcos. El pobre sufrió incluso quemaduras en un brazo, en su intento de ayuda. No se sabía cuanta gente podía haber involucrada en ese incendio. Y no se supo hasta la mañana siguiente. El incendio tampoco se consiguió apaciguar completamente. Se acabó apagando solo al cabo de muchas horas.
Al día siguiente, se celebró un gran duelo y entierro por todos los que habían fallecido aquella semana. Habían conseguido rescatar casi todos los cadáveres del incendio, eran más de cincuentas personas muertas. Además también se había intentado encontrar una respuesta a la muerte del juglar, pero nadie sabía nada. ¿Habría sido una coincidencia el incendio y la desaparición de mi madre y mi hermana a la vez? ¿O estaban los dos hechos relacionados? Acudimos al entierro común. Todo era muy extraño. La gente del pueblo no dejaba de preguntar por mi madre y mi padre no hacía otra cosa que excusar la huída de esta inventando otras explicaciones.
Regresamos a casa, yo no estaba muy animada. Acababan de enterrar a Fermín. La verdad era que no estaban seguros del todo de que uno de los cadáveres fuese él. Pero el cura de la iglesia Santo Domingo decía haber reconocido uno de los cuerpos como el suyo. Me disponía a acostarme, cuando encontré una especie de carta asomando un poco debajo del colchón. La carta estaba escrita con pluma y tinta negra. La caligrafía era de mi madre, la sabía reconocer muy bien. Además ella misma se identificaba en sus líneas. “Sé que nunca me perdonarás haber hecho lo que hice. Perdóname hija. No tenía otro remedio. Tampoco puedo decirte donde iremos pero estaremos bien aunque lejos.
Pasaron los días y las semanas. Padre y yo nos quedamos viviendo solos
en casa. La situación era muy incomoda para los dos. Isabela fue despedida. Despedida. Nunca entendí muy bien por qué. Otro esclavo comenzó a trabajar para nosotros entonces. Un día de aquellos tantos, Marcos, el escudero de mi padre, que había estado fuera casi todo el día vino a mi casa. Estaba nervioso y emocionado. Decía que quería hablar con mi padre, pero este no se encontraba allí, porque Entonces habló con migo.
- Se han obtenido noticias sobre el paradero de tu madre y de tu hermana. Te sorprendería mucho escucharlas.

...

Por María Celia Moreno Cara

EL AMOR

CADUCADO

Hace mucho tiempo............. en la cuidad de Granada una familia muy pobre tuvo una niña muy encantadora y risueña, la familia no podía mantener a la niña porque no tenían dinero y no la podían cuidar porque los padres no tenían tiempo porque siempre estaban trabajando para poder mantener la casilla que tenían y sus otros hermanos ya que tenían 10 hermanos mas y los padres no podían mantener otra mas ya que le costa mucho mantener a 10 personas.

Los padres llevaron a la preciosa criatura al monasterio mas cercano que tenían, tocaron a la puerta y allí la dejaron en una cesta de mimbre y con una manta. El monje abrió la puerta del monasterio y se encontró a la pequeña en el cesto y que estaba tiritando del frío de la noche tenebrosa y oscura. El monje metió a la pequeña dentro del monasterio y todos los monjes la cuidaban y la querían mucho y además le daban todos los mimos que sus padres no le habian dado .La pequeña iba creciendo y cada vez era mas guapa y mas simpática ,encantadora y muy risueña. Era morena y tenia unos ojazos verdes como dos esmeraldas que brillaban y siempre que te reflejabas en ellos te podías ver .La niña se llamaba Aurora.

PASARON 15 AÑOS

Todo marchaba bien por el monasterio es decir, que todo iba tal como se quería y se esperaba. Aurora estaba encargada del jardín y del cuidado de los animales porque a ella le gustaba mucho los animales del y las plantas y todo relacionado con la naturaleza.

Pasaban unas épocas muy malas y de mucha hambre, había mucha pobreza ,Aurora salio a la puerta del monasterio y vio a los pobres pidiendo en el monasterio porque vio que los monjes le daban comida y todos los alimentos necesarios para poder sobrevivir. Pasaban malas épocas porque estaba la guerra de los musulmanes y los católicos. Había muchos pobres y casi todo esos pobres eran católicos porque estaban desterrado de sus tierras. Bueno pues estaban ya que en esos territorios estaban los musulmanes. Los únicos católicos que podían sobrevivir mas o menos eran los católicos que vivían en los monasterios es decir los monjes que salían a la puerta del monasterio que era grande marron y ancha.Bueno pues asi salian a la puerta del monasterio y le daban de comer y toda la comida y alguna ropa vieja para poder abrigarse del frio invierno.Los probres catolicos catolicos que les daba verguenza ir a pedir pues no pedian y se morian de hambre.

Pero los mulsumanes no lo atendian a los pobres catolicos porque creian que los pobres estaba castigados y que tenian la lepra y otras enfermedades contagiosas y tambien creian otra teoria que era que todos los pobres catolicos eran como una revelacion del diablo y de todos los malos del mundo y si un mulsuman se encontraba con un pobre catolico le podia matar o tenerlo de esclavp hasta hasta que el musulam se cansabe de el.Habitualmente lo solian matar.La niña aes decir aurora se enamoro de un rey querrero se enamoro locamente de el es decir, qye no podia olvidarse de el y que cada vez que lo veia sentia unas ligeras cosquillas en la barriga es decir las fammosas mariposas en la barriga.Pero habia un problema que Aurora no podia tener novio ni esposo ni nada por el estilo porque ella era monja y los monjes no se podian casarse ni teer novio porque el monje que le metio en monja pa que no fuese pobre.Entoncs Aurora nunca podria tener novio porque ella estaba al servico de dios es decir que solo podia pensar en dios y solo en dios su vida era escribir rezar y pensar en dios solo que ella no hacia eso.Aurora penso de decirle a su monje que se habia enamorado y a lo mejor el monje le daba algun permiso paque no fuese monja y dehjase el puesto y asi poder casarese y se novia de su amado

Aurora fue hablar con el pero el monje dijo que no pero Aurora inisntio y l explico todo lo que sentia por el es decir todo lque sentia cada minito que lo veia que lo eschuba hhablar es decir todo y que estaba suerp enamorada de el y que sentia que es era su amado de verdad y su fututo novio y que nada del mundo lo podiia cambiar porque ellla eso era lo que sentia pero el monje insitio y decia que NO que por nada del mundo

A la noche siguiente Aurora termino de estudiar y rezar la teoria que le tocaba esta semana,bueno Aurora se introducio en su cuarto y cerro la puerta se quito la ropa que la ropa tipica en el monasterio era una tunica marron y se puso el pijama y despues se metio en la cama para descansar despues de un dia ajetreado.Pero a la magrudada escucho unos golpecitos en la ventana,se levanto de la cama y fue a mirar peor no habia absolutamente nada y se metio otra vez en la cama penso que podria a ver sido el viento o que la ventana no estuviese bien cerrada ,pero otra vez eschucho los golpecitos de la ventana encendio la luz y se salio de la cama miro para abajo y alli vio al rey guerrero es decir a su amado entro por la ventana cuidadosamente para no hacer ruido y para que el no se caiga por la ventana para abajo . Pasaron todo la noche juntos es decir,que el rey guerrero dormio con ella toda la noche a su lado , a cariciandole el pelo .Pero por la mañana siguiente el rey guerrero salio corriendo del cuarto de Aurora ,salio por la ventana.Salio tan rapidamente porque todas las mañanas el monje que era el superiror de Aurora se asomaba para despertar a Aurora y llevarla al escrintorio para que siguese con su escritura.Bueno cuando Aurora termino con la escritura y le tocaba irse al huerto a sembrar las cebollas y frutales para poder luego darle esos alimentos a los pobres que ivan a pedir al monasterio.Aurora fue a abrir un abujero para introducir la semillita de cebolla y se encontro una carta de su amado.

En la carta decia

AURORA

Todos los momentos que hemos vivido juntos me lo has hecho pasar invidable.TE QUIERO un monton eres mi cielo mi vida y mi todo.No puedo dejar de pensar lo que estas haciendo ,pienso en ti,en lo que estaras haciendo en si me quieres de verdad.Tus ojos verdes como dos rubis me enamoran y me llenan de vida y de vitalidad y renuevan mi amor por ti,cada vez que te beso siento tus labios sobre los mios y ronzazolos siento escalofrios por todo el cuerpo y en ese momento pienso que eres mi vida para siempre y que no te quiero perder nunca y por nada del mundo.Te amo con todo mi corazon y no me canso de repetirtelo porque sin ti no viviria eres mi razon de vivir.

TE AMO. PD: de tu principe azul :)

Aurora subio rapidamte a su cuarto y guardo la carta en un baul de mimbre y lo cerro y se me tio la llave en su bolsillo de la tunica porque nadie podria ver esa carta si no lo dos fuesen sentinciados a muerte

Aurora salio de su cuarto y se encontro a frente con el rey guerrero,Aurora cerro la puerta rapidamente.El rey guerrero le conto que se tenia que ir a un gran largo tiempo al norte de Galicia que estaba alli los catolicos guerreros y que querian contratacar contra ellos para qur ellos pierdan el territorio y toda sus valores.Aurora le dijo que ella era catolica y el rey guerrero le dijo que a el no le impportaba que el le amaba con todo su corazon y que no le importaba nada del tipo de religion que era ni del dios que creia ni las tipicas tonterias.El rey guerrero se despidio de ella dandole un beso en la mejilla y susurrandole al oido que ell no lo olvidase porque el nunca lo hara y que lo espere que cuando llegen se cansarian y serian felicies para siempre y comerian perdices.

PASARON 15 AÑOS

Aurora todavia lo seguia esperando.Ella estaba en el huerto como de constumbre,ella se guiro y hay estaba el rey guerrero le cojio la mano y le dijo que mato al monje catolico Aurora corriendo le quito la mano y le dijo tu eres tonto que sepas que sepas que el monje era lo unico de mi familia que tenia porque mi familia cuando yo era pequeña me abandono y el monje me recojio de la puerta,Aurora se fue rapidamente y se solto de la mano.El rey guerrero la persigio y le dijo que la esperase y que le perdonase pero Aurora le dijo que no.

A la mañana siguiente Aurora salio a las fueras del monasterio a comprar el pan y le dijeron que iva a ver la ultima batalla de catolicos contra mulsumanes y que esta era la definitiva.Aurora estaba muy preocupada por lo de la pelea.

Pasaron 5 horas

llego el mejor amigo del amado de Aurora y le dijo que habia muerte y que todo era por su culpa el amigo saco la espada y la mato y la dejo hay tirada.Todos los monjes fueron al cuarto de Aurora y encontraron el baul lo habrieron y se dirien cuenta de todo y enterraron a Aurora al lado del rey guerrero y ponian EL AMOR ES TODO

despues de un tiempo los juglares ivàn recitando esta historia por todos las cuidades para que la gente se diese cuenta de lo que es amor de verdad

by: NEREA MALDONADO LUQUE :D