lunes, 5 de diciembre de 2011

EL REY VALIENTE

Yo el monje Benito a día 15 de Noviembre de 1400 salgo a la calle y en la primera plaza principal de Segovia me encuentro con un juglar al que todas las personas estaban admirando. Yo me acerque, y estaba contando una historia sobre un rey guerrero y un escudero enamorados de la misma mujer. Él estaba empezando a contarla y yo me quedé a escucharla.
La historia comienza así:
Un buen día un rey guerrero Alfonso del reino de Castilla de la ciudad de León emprende camino hacia el reino nazarí de Granada donde a él le habían dicho que había una bella dama llamada Jimena.
Por el camino se encontraba con muchos fallecidos debido a las conquistas que habían surgido los últimos días. También se encontrado con caballeros y guerreros que tuvo que luchar.
Para pasar las noches se quedaba en posadas y en casas de humildes familias donde allí dormía y comía. Algunos días se los tenía que quedar en esas posadas días enteros debido al mal tiempo.
Un día el caballo se le enfermó. Alfonso dejó su caballo a los dueños de la posada donde estaba alojado. No podía perder más días debido a que iba a pasar mucho tiempo y se fue andando.
Caminó días y días hasta que un día llegó a una casa humilde en donde tenían un caballo fuerte y sano. Ese día dijo de comprárselo a cambio de monedas de oro. Pero como esta familia no tenía ningún caballo más no sabían si vendérselo. Pero el insistió dándole más monedas de oro, y entonces fue cuando esta familia vendieron el caballo.
Puso otra vez camino, y días más tarde llegó a una posada y allí conoció a un hombre llamado Fabián. Fabián pensó de irse con él como escudero.
Al siguiente día antes de partir camino se acercó Fabián hacia Alfonso y le dijo que si podía ser su escudero. Alfonso no sabía que decir porque este era demasiado joven y sabia poco de la vida pero también pensó que con un escudero al lado todo sería más fácil. Alfonso entonces le dijo –El camino es largo, duro y peligroso. No sé con lo que nos podemos encontrar debido a que podemos encontrar guerreros malos con ganas de matar.- y Fabián contestó –Yo soy valiente y sé manejar bien la espada.- y Alfonso preguntó -¿y cómo vas a venir?¿andando?- y Fabián contestó -¡Tengo una mula! Y es fuerte y sana creo que puede servir.- y Alfonso dijo -¡vale! Está bien no perdamos más tiempo ¡vamos!
Pasaron 3 días y todo parecía irles bien, pero cuando llegaron a Toledo, apareció una banda de bandidos que les querían robar sus ropas y el oro que llevara encima (todo).
Eran más que ellos (Alfonso y Fabián) y los bandidos eran cinco, así que tuvieron que luchar fuertemente. Ellos dos alzaron la espada y mataron a dos de ellos pero quedaban tres. Uno de esos tres estaba gravemente herido, debido a un corte de espada en el brazo, de la espada de Fabián. Los otros dos siguieron luchando contra Alfonso y Fabián.
Lucharon bastante rato hasta que Alfonso consiguió matar a otro y su compañero se rindió y salió huyendo. Y Alfonso le dijo a Fabián –sabes muy bien pelear eres muy valiente, me dejas sorprendido- y dijo Fabián –gracias. Vamos a buscar un sitio para pasar la noche para poder descansar y comer algo, estoy hambriento-.
Encontraron una posada cerca de una colina. Pero no podían quedarse debido a que no había ninguna cuadra para meter a los animales. Esto les costó la vida para encontrar otra posada, porque allí no había ninguna más.
Esa noche la tuvieron que pasar en la calle debido a que no había ninguna familia humilde. Una de las casas les dio unos trozos de carne, porque no podían acogerles debido a que no había más camas. Encontraron unos palos de leña, y con ellos encendieron una hoguera. Pusieron la carne encima de la hoguera y la calentaron. Fabián decía que era la carne más deliciosa que había probado.
Después de comer estuvieron charlando toda la noche del frio que hacía, hasta que se durmieron.
Por la mañana, el que más madrugó fue Alfonso. El caballo de Alfonso y la mula de Fabián habían dormido perfectamente. Su caballo se notaba muy fuerte y la mula también.
Unos pájaros que pasaban por allí despertaron a Fabián. Fabián no quería despertar. Pero Alfonso le dijo – ¡Vamos que calienta el Sol! Y no hay tiempo que perder-.
Recogieron y se pusieron en marcha con destino a Córdoba. Caminaron días y noches con tormenta hasta que al fin llegaron a Córdoba con hambre y mucho sueño. Allí buscaron donde poder comer, descansar y asearse. Allí descansaron 2 días. Y compraron comida para poder seguir con el viaje hacia el reino nazarí de Granada.
Pusieron rumbo, y por el camino se encontraron a una panda de malhechores muy famosa llamada Los Camorra, donde les pararon. Estos querían que les diera todo el oro que llevaran encima. Fabián como de costumbre no tenía ninguna moneda, pero Alfonso lo poco que llevaba se lo quitaron, pero Los Camorra pensaban que llevaban mas monedas y empezaron a luchar con ellos, pero Los Camorra eran más fuertes que ellos dos. Así que se los llevaron prisioneros. Allí los maltrataban y los pegaban para que lo soltaran todo. No les daban comida ni agua.
Una noche mientras todos dormían una buena muchacha llegó con un cántaro de agua y les dio de ella y a escondidas les dio un poco de comida y les prometió a que les iba a ayudar a escapar de allí lo más pronto posible que tuvieran paciencia y confianza con ella así que no les quedo más remedio que hacerle caso y esperar.
Una noche de tormenta cuando todos estaban riendo y borrachos que no se enteraban de nada la mucha los desato y les ayudo a escapar pero ellos no querían irse sin sus animales pero ella no sabía dónde estaban solo pudo ayudarles a escapar así que decidieron robarles sus caballos y a la vez eran más fuertes y ya no llevaban ninguna mula y esos caballos eran más rápidos y más veloces la muchacha estaba desacuerdo así que les deseo buen viaje y suerte y que corrieran bastante para que cuando despertasen esos sinvergüenzas ya no les pudieran alcanzar.
Corrieron bastante, hasta que por fin llegaron al reino nazarí de Granada en varios días. Allí buscaron a Jimena, pero no la hallaban. Preguntaron a todas las personas que se encontraban por su camino pero todos les decían que no la conocía. Pero una buena anciana les dijo donde estaba, y que Jimena estaba vendiendo en la plaza vendiendo verdura y fruta, y hacia allí se dirigieron. Allí la encontraron con ropas viejas vendiendo a cambio de monedas.
Alfonso se acerco a ella, y le pregunto –Jimena eres la muchacha que estoy buscando- y Jimena contestó -¿Quién yo?- y Alfonso le contestó –Si, eres la mujer más hermosa que es visto en mi vida- Fabián se quedó sin palabras al verla. Alfonso le preguntó por su familia y ella le dijo que no tenía padre, que lo habían matado Los Camorra y ella era la hermana mayor de cinco hermanos y ayudaba a su madre en el trabajo para criar a sus cuatro hermanos. Alfonso le dijo que quería conocer a su familia, así que cuando termino el horario de mercado, se fueron hacia la casa de Jimena.
Allí conoció a su madre y a sus cuatro hermanos, y allí Alfonso conto su historia del por qué vino a buscar a Jimena. Le contó todas las aventuras del viaje y de que había sido prisionero de Los Camorra y que él provenía del reino de Castilla de la ciudad de León y que hizo todo ese viaje para buscarla. Alfonso le pidió la mano a su madre, y su madre llorando lo aceptó, lo que Jimena pensó que iba a ser de su madre y sus hermanos y Alfonso le dijo que no les iba a faltar de nada bajo su protección.
Así que arreglaron todo y se fueron Fabián, Alfonso, Jimena, la madre y los hermanos al reino de Castilla.
Cuando llegaron al reino de Castilla, Jimena y Alfonso se casaron y todo acabó bien.
Así terminó la historia.
Siguió cantando y las personas se fueron a sus casas. Yo terminé muy emocionado de lo romántica historia. Hice las compras que tenía que hacer y me fui a mi monasterio.

1 comentario:

  1. La historia en sí no está mal, sobre todo siendo contada y cantada por un juglar . Lo malo de tu trabajo está en la expresión:
    -Utilizas el pronombre personal siempre que un personaje actúa o habla y no hace falta.
    - Hay muchas repeticiones de palabras o expresiones. le da pesadez al relato.
    Abuso de expresiones como "al día siguiente, al rato, y día después..."
    - Faltas de concordancia. Se soluciona poniendo más puntos y seguido. Con los periodos oracionales largos pierdes la refencia del sujeto de la oración.
    - Uso regular de los signos de puntación.
    NOTA:7

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