martes, 6 de diciembre de 2011

En busca de Zaira.

La familia Lakouis estaba compuesta por los padres, que se llamaban Mohamed y Fátima, y tenían tres hijos Saddam, Hansa y la pequeña Zaira. Aunque en aquella época lo normal era tener más de siete hijos esta familia era especial, ellos eran diferentes a los demás, y eso estaba mal visto en aquel momento.

Los padres Mohamed y Fátima, se querían mucho y estaban felizmente casados desde hacía ya 25 años. Los hijos Saddam y Hansa tenían 7 y 8 años, en comparación con la pequeña Zaira que tenía 3 años.

Los dos niños, entre ellos se llevaban bastante bien pero cuando su hermana pequeña llego al mundo ellos se distanciaron porque querían conseguir el cariño de la pequeña y competían entre ellos constantemente para conseguir su objetivo.

En cuanto al resto de la familia, era totalmente diferente a la familia Lakouis, ellos eran la típica familia palestina la cual tenían muchos hijos y se limitaban a acatar las órdenes que se les imponían. Otro rasgo diferente era su forma de vestir, vestían con túnicas y pañuelos que les cubrían todo el cuerpo como todos habitantes de Palestina, a diferencia de ellos que vestían como gente normal.

Su rutina era del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, no podían salir a la calle por las circunstancias en las que se encontraba palestina en aquella época. Era una ciudad revuelta, conflictiva y no muy de fiar. Por eso los hijos de aquella familia siempre estaban encerrados lo cual estudiaban bastante y los llevaban a las buenas calificaciones en los estudios.

Todo empezó un duro día de invierno, cuando la familia se disponía a ir de compras el sábado al mercado de la plaza, la pequeña Zaira se entretuvo un momento en el puesto de la verdura comprando lo que la madre le había encargado, cuando de repente un hombre de vestimenta blanca y con túnica se le acercó, desde aquel momento la pequeña Zaira no volvió a aparecer por los alrededores del mercado.


La familia Lakouis estaba desesperada buscando a la pequeña. Haciendo todo lo posible por encontrarla. La mañana del domingo recibió una carta de un sultán muy conocido llamado Osama Galikius. En la carta disponía de una pequeña frase

“Tengo a Zaira “

Los padres enloquecidos por la inesperada carta de aquel sultán de palestina empezaron a moverse y a investigar medios para contestar la carta diciendo que harian cualquier cosa por su pequeña Zaira.

Todo el pueblo se enteró de lo sucedido, pero aquel barrio no sentía empatía por la familia, y en cuanto se enteraron se lavaron las manos y no quisieron saber nada.

La familia Lakouis al quedarse sola frente aquel problema tubo que reaccionar de la mejor forma posible e investigaron solo con los medios que tenían. Investigaron las huellas de la carta, la tinta del bolígrafo y de donde venía.

Al investigar aquellos datos, la familia Lakuois se quedó asombrada, debido a que en los resultados ponía que la carta disponía de norte del país. Mohamed tomo una decisión ante su familia, de hacerse una barca segura y marcharse a por su pequeña.

Los niños debido al cariño que le tenían a su hermana, se pusieron a ayudarle a su padre para asi partir antes. Fatima, la madre empezó hacerle la comida para varios días[…]

Fatima y sus hijos indispuestos a que Mohamed partiera solo, decidieron ir con él.

La familia partió un martes a las dos del mediodía. Ellos iban navegando felizmente por el mar mediterráneo cuando a lo lejos ven un barco, un barco viejo y estropeado, con una bandera, la bandera pirata.

Los hijos nunca habían visto un pirata e impacientes creyendo que eran buenos como en las películas y que llevaban loros en los hombros. La familia Lakouis fue asaltada por un pirata, el pirata Berbel, que está aliado con el sultán. Han hecho un pacto, un pacto realmente malo para la familia Lakouis.

Osama y Bebel acordaron que si Berbel impedía que la familia Lakouis no llegara a la frontera, le daría un barco nuevo para su tripulación.

El padre se impuso a los piratas del barco , impidiendo que se acercase a su familia. El pirata que se tenía que salir con la suya llamó a sus tripulantes que de un balazo pinchaon la barca de la familia. Ellos estaban preocupados porque todavía les quedaban largas horas de camino, se fueron hundiendo poco a poco. El pirata berbel dejando que se hundiesen en el mar , se fue riéndose con sus compañeros.

La familia preocupada porque les quedaban minutos para no caer al agua, pensando que hacer, a los lejos vieron una isla pequeña y solitaria, donde no habitaba nadie. Fueron nadando hasta la orilla de aquella pequeña isla, llegaron y asustados por lo que se pudieran encontrar encendieron una hoguera para calentarse.

Estuvieron dos días habitando aquella isla desierta. Después de dos largos días allí solos, gracias a la fuerza de voluntad de aquella familia, con troncos y ramas de árbol consiguieron hacer una barca pequeña de madera.

Zarparon a la anochecer cuando todo estaba oscuro, se hicieron de fruta y pescado de aquella isla para poder comer todo el camino.

Les quedaba aún un largo viaje por lo que se fueron turnando para dormir y estar descansados por si les volvían a atacar.

Era el turno de Hansa uno de los pequeños de la familia, cuando de repente abrió los ojos y vio que algo a gran velocidad se les acercaba, no era un barco pirata ni un extraño animal de mar, por lo que Hansa se asustó y llamó a su padre.

El padre desesperado se despertó a los gritos de su hijo, cogieron un catalejo y miraron a través de él, vieron que era un hombre, un hombre de aspecto informal, mal oliente y distinto a ellos. El hombre se acercó y se presentó; Soy Marcius, y hace una semana me disponía a pescar con mi hijo cuando de repente una ola de grandes metros nos alcanzó – Hansa era un poco inquieto y al no ver al hijo de aquel hombre , corriendo le pregunto.- Y tu hijo ,¿dónde está? ¿Es de nuestra edad? – Marcius ahogado en un mar de lágrimas dijo- No lo sé, lo perdí con la tormenta. Se hizo un silencio tras aquel testimonio de Marcius.

Mohamed al ver aquel hombre en aquellas circunstancias le propuso un pequeño trato entre amigos;

“ Te ayudaré a encontrar a tu hijo, pero después nos tienes que ayudar a mi familia y a mí a encontrar a mi pequeña Zaira. “

El hombre tras escuchar el trato que le propuso Mohamed aceptó.

La familia Lakouis y Marcius , navegaron hacia alta mar varias horas. Se hizo de noche y todos dormían. Fátima la madre de la familia se desveló por culpa del frio, afino el oído y escucho gritos, no eran gritos cualquiera, eran gritos de un niño llorando y pidiendo auxilio. La mujer vio a lo lejos a un niño sin

Ropa, flotando encima de un trozo de madera. Al pobre niño no le quedaban fuerzas para hablar, se durmió y calló al agua. La mujer desesperada por aquel pobre niño, sin avisar a nadie se quitó la ropa y rápidamente salto al agua.

Todos se despertaron al oír aquel alboroto.

La mujer al fin llego al niño, lo cogió y con ayuda de los demás lo subió a la barca. Lo limpiaron con agua y trozos de ropa limpia, lo alimentaron con la fruta que recolectaron en la isla, y el niño al fin y al cabo se acabó despertando. Al abrir los ojos y ver allí a su padre, Marcius y su hijo no se contuvieron y rompieron a llorar.

Marcius alegrado por encontrar a su pequeño de 5 años, le dijo a la familia.- Gracias, estoy muy agradecido, ahora es hora de encontrar a Zaira.

Les quedaban minutos para llegar a su destino, cuando el cielo se empezó a oscurecer, cada vez más hasta que empezó a llover. No le dieron importancia. La marea empezó a alborotarse y hacer vientos más fuertes conforme pasaba el tiempo. La barca se movía rápidamente sobre olas de grandes metros por lo que la familia, Marcius y su hijo se tiraron al agua antes de ser arrojados por las olas. Y nadando llegaron a la frontera donde les esperaba un gran reto que superar, encontrar a su pequeña Zaira.

Llegaron a la frontera del país.

Escucharon a lo lejos que estaban de celebraciones en aquel país y pensaron que así sería más fácil encontrar a su hija. No habían comido nada y estaban hambrientos, cuando vieron a un artesano haciendo pan en su choza. Se acercaron, le explicaron su situación y el hombre de barba blanca y con gafas de culo vaso no se lo pensó, les dio cobijo durante la estancia y les dio de comer.

Tras la estancia en la casa de aquel hombre, decidieron salir a investigar el terreno en el que se movían.


Estuvieron en la celebración un par de horas, tras ver que no había nada allí, se marcharon al puente viejo por donde toda la gente pasaba. Al llegar Mohamed escucho la voz de su hija, pero no había nadie por su alrededor, solo matorrales y arbustos.

Tras la estancia allí Mohamed escucho varias veces las voces de su hija, hasta su mujer llego a creer que estaba loco y que todo el viaje le había afectado.

Ya hacía más de 3 semanas desde que la pequeña fue secuestrada en el mercado de su pueblo Palestina.

Estando allí, sus padres vieron una pequeña sombra la cual pensaban que era la pequeña, la siguieron hasta el final del camino, donde llegaron a una gran casa aislada. Tenía pinta de ser de alguien de dinero y de grandes negocios.

Regresaron a casa del artesano para así elaborar un plan, un plan para sacar a la pequeña del lado de aquella gente.

Al amanecer todo juntos salieron sigilosamente de la casa del hombre para ir en busca de la niña a aquella casa del bosque.

Llegaron por fin a aquella casa. Todo era raro, estaba rodeada de matorrales gigantes, y hombres de vestimenta oscura y formal por alrededor de toda la casa. Todo pintaba mal. Por lo tanto Mohamed y Marcius se separaron de los demás para ojear los alrededores.

Miraban por todas las ventanas para ver si había algo sospechoso. Miraban y miraban, cuando Marcius vio un vestido en las escaleras de la casa junto con una muñeca de trapo. Corriendo aviso a Mohamed que al ver el vestido y la muñeca, rompió a llorar. Tenía una intuición de que era su pequeña Zaira y de que ese mismo día se la llevarían a casa.

Sabían que en esa casa había niños por lo que se deducía mirando desde las ventanas. Marcius y Mohamed intentando buscar algo para entrar aquella casa vieron una ventana abierta por la que se deslizaron hasta estar dentro.

Estando dentro escuchaban gritos de niños, llantos y suplicios. Siguiendo esos ruidos llegaron a una habitación. Una habitación de niña, rosa y con dibujos de princesas. Cuando Mohamed se disponía a abrir la puerta de la habitación un hombre corpulento y de sospechoso aspecto les cogió por detrás, durmiéndolos con un medicamento y encerrándolos en una habitación.

Desde ahí no se sabe nada de la pequeña Zaira, Mohamed y Marcius.

Fátima volvió a Palestina sola con sus dos hijos y el hijo de Marcios. Cayó en depresión y tirándose desde al rio, dejó huérfanos a 3 niños de mediana edad.

1 comentario:

  1. Pese a que has intentado ajustarte a las historias y personajes que propusimos, el ambiente, los objetos, la ciudad parecen casi de la actualidad, no de la Edad Media.
    Un poco lioso y el final algo raro.
    Ojo a la expresión escrita( utilizas mal "lo cual, la cual...", abusas de " de repente...; faltas de concordancia...)
    Hay que revisar los textos antes de publicarlos. evitarás así tantanta faltas de ortografía y de formato.
    NOTA: 7,5

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