EL
MEDALLOŃ
DEL TESORO
Escrito
por Jonathan Espinosa Assim
Capítulo I
En un lluvioso tres de marzo en la
ciudad de Roma en el taller de Leonardo Da
Vinci sonó la puerta mientras este
estaba trabajando en una máquina que le hiciera
volar, y entonces fue a abrir la
puerta preguntándose: ¿quién será ?
Entonces abrió la puerta y vio una
extraña silueta que no le resultó nada
familiar que dijo con una voz muy
potente y gestos:
-¿Es esta la casa del artista
Leonardo Da Vinci?
-Sí- dijo Leonardo que apenas le
entendió.
Leonardo le dejo paso pensando que
el extraño solo necesitaba refugio y le sacó
algo de comer y el hombre extraño
dijo:
-Muchas gracias, por cierto me llamo
Eusebio y vengo desde el reino de Castilla
en España.
Leonardo le entendió y vio que
Eusebio sacaba algo de su bolsa, algo grande,
brillante y extraño; era una especie
de medallón pero tan grande que solo servía
para decorar. Era como una pirámide
de base octogonal pero no terminaba en
una punta sino que lo que debería de
ser el punto más alto de la pirámide estaba
cubierto por una esmeralda blanca y
a cierta distancia de esta rodeándola ocho
esmeraldas de colores, una por lado
de la pirámide a la misma distancia del centro
y Leonardo lo cogió y dijo:
-Muchas gracias me vendrá muy bien
para pagarme los materiales de la máquina en
la que trabajo ahora mismo.
Y entonces Eusebio dijo:
-Quieto parao esto no es para esas
tonterías de las que hablas cacho burro.
Entonces Leonardo se paró y lo dejó
sobre la mesa y Eusebio le contó cómo
había llegado:
Eusebio trabajaba para un señor
feudal como sirviente al norte de Castilla y un día
el papa vino a visitar al señor
feudal y le trajo un obsequio por haberle ayudado con
anterioridad. El obsequio era el
medallón que Eusebio robó porque decían que
escondía un secreto que llevaba al
mayor tesoro jamás visto. Después de eso
Eusebio vio que no podía encontrar
el secreto y decidió ir a casa del famoso
Leonardo Da Vinci para que le
ayudase a encontrar el tesoro y ser rico.
Leonardo llegó con él a un acuerdo y
por ayudarle se quedaría con el cuarenta por
ciento del tesoro. Entonces
Leonardo examinó durante toda la noche
el medallón
y a la mañana siguiente Leonardo vio
que una de las esmeraldas era falsa, la quitó
del medallón y observó que había una
hendidura para una llave de extraña
forma y
mientras Eusebio estaba durmiendo y
dijo
-Me he
despertaooooooooooooooooooooooooooooooo.
Se levantó y se dirigió al comedor y
dijo
-Tú, venga preparame el desayuno.
Leonardo dijo malhumorado
-Te crees que esto es una posada,
pues no pedazo de imbécil, he estado toda la
puñetera noche buscando cómo
encontrar el estúpido tesoro que podría ser un mito.
Y Eusebio se quedó acongojado de
miedo y dijo
-Pues venga, vamos a buscar las
pistas que nos lleven al tesoro.
Entonces ambos salieron a la calle a
buscar pistas y estuvieron buscando a personas
que tuvieran aspecto de saber algo
pero no encontraron a nadie hasta que al
anochecer vieron una prostituta que
en el cuello llevaba una marca igual a la
hendidura del medallón, se
dirigieron a ella y le enseñaron el medallón mientras
le preguntaban si sabía algo y
entonces ella salió corriendo.
Eusebio y Leonardo defraudados volvieron
a casa mientras que aquella prostituta
se fue a casa del poderoso noble
Carabancierri y le explicó la situación, y este
mandó a diez hombres a recuperar el
medallón cueste lo que cueste.
Leonardo recordó que lo entregó el
Papa por lo que decidió ir a casa del Papa con la
escusa de hacerle un retrato
mientras que Eusebio tendría que buscar algo
relacionado con el medallón.
Capítulo II
Ya en el palacio del Papa, Leonardo
tocó a la puerta y dijo
-Soy Leonardo Da Vinci y vengo con
mi ayudante a hacerle un retrato al Papa.
Y entonces un clérigo bajito algo
encorbado abrió la puerta y preguntó que quién
era el indeseable que le acompañaba.
Eusebio enfadado le dijo
-Ven aca p aca que te voy a arreglar la cara en menos de lo
que canta un gallo.
-Tranquilo señor que mi ayudante no
le hará nada
-Va, va, va, vale señor pero el Papa
se ha ido a visitar al conde de Carabancierri.
Y cerró la puerta. Entonces Leonardo
decidió entrar por una ventana.
Dieron la vuelta al palacio y
encontraron una ventana abierta y por esta se
colaron en el palacio donde se
separaron y buscaron por su cuenta.
Leonardo llegó hasta la habitación
del Papa y empezó a buscar y Eusebio fue
buscando por los pasillos y encontró
un extraño jarrón con flores rojas, y de repente
apareció el clérigo de antes y como Eusebio le tenía ganas cogió el jarrón y con
apareció el clérigo de antes y como Eusebio le tenía ganas cogió el jarrón y con
este le dio en toda la cabeza
dejándolo inconsciente. Eusebio cogió un trozo del
jarrón y se largo pitando. Mientras
tanto Leonardo vio que venía alguien y se
escondió bajo la cama donde encontró
la llave del medallón pero esta estaba
encajada a la pata de la cama del
Papa. Intentó sacarla pero no pudo y se
puso a pensar en cómo sacarla y recordó
que llevaba las aquarelas, las vertió
encima de la llave y tiró sacando la
llave salió de debajo de la cama y se
fue corriendo, mientras Eusebio ya
había salido, cuando los dos estaban fuera
Leonardo dijo
-Venga vámonos que si nos pillan nos
están zurrando hasta mañana.
Y ambos corrieron y corrieron hasta
encontrarse con los soldados del conde
Carabancierri que empezaron a
perseguirles. La persecución duró un buen rato
hasta que Eusebio y Leonardo se
escondieron en una posada, subieron hasta el tejado
y saltaron al de la casa de al lado
mientras que los soldados miraban en la posada
y no les encontraban. Cuando los
soldados informaron al conde este furioso
decidió mandar veinte hombres más en
busca del medallón y la llave y a los diez
primeros hombres los mandó ejecutar.
Leonardo y Eusebio escondidos en el
tejado decidieron abrir el medallón
introduciendo la llave en este, que se abrió
lentamente y dentro había un papel y
otra llave. Ambos pensaron que es una pista
para encontrar el auténtico tesoro y
ser asquerosamente ricos. Cuando abrieron
el papel que estaba doblado se
sorprendieron porque no entendían lo que estaba
escrito hasta que Leonardo dijo
-Es latín.
Estuvo pensando y le dijo a Eusebio
la traducción
-Dice que el tesoro se encuentra en
el nuevo mundo.
Capítulo III
Cuando ambos se dieron cuenta de que
tendrían que irse al nuevo mundo empezaron
a pensar que si se iban el conde
Carabancieri les esperaría y cuando vuelvan los
ejecutarían pero si se encontraban
el tesoro podrían quedarse en las Americas
y vivir felizmente como nobles en el
nuevo mundo donde podrían ser protegidos
por el poderoso imperio español pero
sería difícil teniendo en cuenta el pasado de
Eusebio y estarían en una situación
peor que en la que están en Italia por lo que
estaban con el agua al cuello.
Al día siguiente decidieron huir a
Nápoles dónde podrían quedarse estando a
salvo del conde Carabancieri y allí
decidirían que hacer. Cuando llegaron a
Nápoles fueron a buscar una posada
dónde quedarse.
-Posada la Rata Muerta.
Dijo Leonardo.
-Bonito nombre.
Cuando llegaron Eusebio vio un amigo
suyo y ambos empezaron a beber
cerveza mientras Leonardo tenía que
buscar la habitación. Ya a las doce de la noche
cuando Leonardo estaba en su
habitación se empezaron a escuchar ruidos de
golpes, de cristales rotos y de un
follón enorme y fue cuando Leonardo decidió
bajar a ver que pasaba y cuando
llegó observó que todo el mundo estaba
rodeando algo a la vez que decían
pelea pelea …
Leonardo se metió entre la gente y
vio que la pelea era entre Eusebio y un
extraño hombre que iba de negro. Eusebio tenía en una mano media
botella de vino
la otra mitad estaba desperdigada
por el suelo.
Cuando parecía que Eusebio iba a
ganar, de repente el extraño hombre sacó una
navaja y Eusebio balbuceó y dijo
-Eso. eso, eso no es nada en
comparación con esto.
Y Eusebio sacó una enorme navaja y
dijo
-Esto es una navaja de Castilla, de
las buenas.
Entonces continuaron la pelea y al
final Eusebio recibió un corte en la mano
izquierda, lo que hizo que se
enfadara tanto que se abalanzó sobre él
clavándole la navaja en el ojo y
matándolo de inmediato.
Después todos los del bar se
abalanzaron sobre el cadáver para quitarle todo
lo que tenía. Y dejaron un extraño
papel en el que ponía en qué zona de
las Americas se encontraba el
tesoro, en la ciudad de Lima. Entonces ambos se
fueron corriendo a su habitación y
se pusieron a investigar un poco y decidieron
embarcarse al día siguiente rumbo a
las Americas . Al día siguiente los dos se
pegaron una enorme caminata hasta
llegar al puerto.
-Son quinientas monedas de oro por
cabeza.
Dijo uno de los marineros del único
barco que partía a las Américas.
-Joer venga haz una rebajilla.
Dijo Eusebio.
-NO
-Pero que te cuesta.
-No es NO y punto.
y este que era el capitán del barco
les dejó ir en la embarcación.
A las dos semanas de partir ellos
fueron atacados por unos piratas ingleses
y esto hizo empezar una batalla. Los
piratas ingleses empezaron a abordar
el barco pero los marineros
contraatacaron lanzando los cañones y derribando
el barco pirata y después tiraron a
todos los que abordaron el barco por la
borda.
A unos cuantos días del abordaje
estaban sin nada que hacer, aburridos
y decidieron pensar en cómo
repartirse el tesoro pero Eusebio no quería porque
pensó que Leonardo le engañaría.
Pasaron los días uno tras otro y no
había nada que hacer pero un día el barco
empezó a hundirse resultó que había
un traidor pero nadie sabía quién había
sido. Los marineros decidieron irse
a nadar en el interior del barco y poner algo
para que taparan el agujero producido
por el traidor pero era demasiado grande
y entonces Leonardo sacó el medallón
y bajó para tapar el agujero y consiguió
taparlo pero Eusebio se echó a
llorar al perder el medallón y ver que no podría
venderlo para tener más dinero.
Al día siguiente empezaron a buscar
al traidor por lo que nadie le quitaba el ojo
de encima a nadie y todos
sospechaban de alguien.
Capítulo IV
Acababan de llegar a las Américas y
cuando parecía que todos habían bajado
a tierra faltaba Eusebio que se
había quedado en el barco rescatando el
medallón y al rato Eusebio salió del
agua y el barco se hundió.
-HIJO DE PUTA.
Dijo malhumorado el capitán del
barco.
-Pero que habré hecho.
-Te has cargado mi barco.
-Cómo
-Tú sabrás que has hecho.
Entonces Eusebio y Leonardo
corrieron hacia el bosque para huir de los
marineros. Ya en el bosque tropical
ambos vieron que habían perdido
de vista a los marineros y se
plantearon lo de quedarse a vivir a su bola
en la selva tropical. Pero vieron
que podían irse hacia el norte al imperio
portugués y desde allí poder irse a
buscar el tesoro. Entonces Leonardo
sacó un mapa y una brújula e indicó
la dirección para ir al imperio
portugués. En el camino hacia el
imperio portugués tardaron tres días a
largo camino hacia el norte. Ya en
el imperio portugués los dos fueron
a la hacienda de un viejo portugués
llamado Gilberto, que tenía a su cargo
una pequeña tribu nativa
sudamericana y le pidieron permiso para poder
quedarse en su casa y este les dejó
a cambio de que trabajaran un día.
Cayó la noche y los dos se tuvieron
que ir a dormir con los trabajadores
de Gilberto. Por la noche se dieron
cuenta de que eran de una tribu caníbal
por lo que cuando les intentaron
comer Eusebio y Leonardo salieron corriendo
por la ventana pero Eusebio se
olvidó el medallón y entonces continuó el
camino un poco cabizbajo. A lo largo
del viaje en dirección a Lima donde se encontraba
el tesoro solo encontraron la dificultad de que había demasiados
árboles, de los que cogían sus
frutos para alimentarse, y animales peligrosos,
de los cuales una extraña serpiente
mordió a Eusebio pero gracias a Dios esta
no era venenosa. A las dos semanas
se cruzaron con el río Amazonas y entonces
les atacó una extraña tribu de gente
roja y esta les raptó. Ya en la aldea ellos
vieron que realmente se pintaban el
cuerpo con una extraña sustancia roja.
Entonces a Eusebio se le cayó la
navaja y entonces todos los de la tribu fueron a cogerla y como vieron que era un arma muy poderosa les
dejaron libres a cambio
de esta.
Pasaron ya tres meses desde que
desembarcaron en América del sur y ambos
ya casi habían perdido la esperanza
hasta que . . .
Capitulo V
Ambos se encontraron un puente construido
por los mayas y se les iluminó
el camino entonces siguieron la
vasta y extensa red de carreteras de los
mayas hasta la ciudad de Lima donde
estaba el tesoro pero se encontraron
con el conde Carabancierri que había
venido por asuntos comerciales
entonces nuestros protagonistas
decidieron seguirle a escondidas hasta que se quedara
solo y poder matarlo. Llegó el atardecer y el conde se fue al palacio
del virrey de Perú. Más tarde este
salió al exterior a tomar el aire y entoces
Eusebio cogió una lanza que había
allí y fue a clavársela en el pecho
dejándolo completamente muerto para
evitar que fuera un obstáculo
futuro, un guardia le observó y
entonces Eusebio y Leonardo corrieron
hacia el bosque donde Leonardo
encontró una cueva oculta en la que se
escondieron y . . . . . . . . . .
CONTINUARÁ.
Jonathan
Espinosa Assim
Jonathan, tengo que ser honesto y decir que no me ha gustado mucho tu relato. Los mimbres eran buenos: Leonardo da Vinci como personaje de una historia de misterio, como si de Sherlock Holmes se tratase, prometía.
ResponderEliminarEs una historia sin mucho interés, con demasiadas improvisaciones.
En cuanto a la redacción, tampoco ayuda mucho a su entendimiento porque:
+ Apenas pones signos de puntuación y la narración es agobiante
+ Repites demasiadas expresiones: y entonces...;
y...y...;para un señor feudal...vino a visitar al señor feudal
+ Está ambientada en la Edad Media y no hay cabida para expresiones lingüísticas modernas o vulgarismos como:quieto parao, vena acá paca(¿son de Amería acaso?), se largó pitando, joer...
+ Has inventado una nueva reagla de ortografía: aquarela.
NOTA:7