miércoles, 5 de diciembre de 2012

Narración Lengua Jonathan Espinosa Assim







                     




                       








       EL        MEDALLOŃ

           DEL     TESORO




















                                                           Escrito por Jonathan Espinosa Assim










                                                    Capítulo      I

           
            En un lluvioso tres de marzo en la ciudad de Roma en el taller de Leonardo Da
            Vinci sonó la puerta mientras este estaba trabajando en una máquina que le hiciera
            volar, y entonces fue a abrir la puerta preguntándose: ¿quién será ?
            Entonces abrió la puerta y vio una extraña silueta que no le resultó nada
            familiar que dijo con una voz muy potente y gestos:
            -¿Es esta la casa del artista Leonardo Da Vinci?
            -Sí- dijo Leonardo que apenas le entendió.
            Leonardo le dejo paso pensando que el extraño solo necesitaba refugio y le sacó
            algo de comer y el hombre extraño dijo:
            -Muchas gracias, por cierto me llamo Eusebio y vengo desde el reino de Castilla
            en España.
            Leonardo le entendió y vio que Eusebio sacaba algo de su bolsa, algo grande,
            brillante y extraño; era una especie de medallón pero tan grande que solo servía
            para decorar. Era como una pirámide de base octogonal pero no terminaba en
            una punta sino que lo que debería de ser el punto más alto de la pirámide estaba
            cubierto por una esmeralda blanca y a cierta distancia de esta rodeándola ocho
            esmeraldas de colores, una por lado de la pirámide a la misma distancia del centro
            y Leonardo lo cogió y dijo:
            -Muchas gracias me vendrá muy bien para pagarme los materiales de la máquina en
             la que trabajo ahora mismo.
            Y entonces Eusebio dijo:
            -Quieto parao esto no es para esas tonterías de las que hablas cacho burro.
            Entonces Leonardo se paró y lo dejó sobre la mesa y Eusebio le contó cómo
            había llegado:

            Eusebio trabajaba para un señor feudal como sirviente al norte de Castilla y un día
            el papa vino a visitar al señor feudal y le trajo un obsequio por haberle ayudado con
            anterioridad. El obsequio era el medallón que Eusebio robó porque decían que
            escondía un secreto que llevaba al mayor tesoro jamás visto. Después de eso
            Eusebio vio que no podía encontrar el secreto y decidió ir a casa del famoso
            Leonardo Da Vinci para que le ayudase a encontrar el tesoro y ser rico.

            Leonardo llegó con él a un acuerdo y por ayudarle se quedaría con el cuarenta por              ciento del tesoro. Entonces Leonardo  examinó durante toda la noche el medallón
            y a la mañana siguiente Leonardo vio que una de las esmeraldas era falsa, la quitó
            del medallón y observó que había una hendidura para una llave  de extraña forma y
            mientras Eusebio estaba durmiendo y dijo
            -Me he despertaooooooooooooooooooooooooooooooo.
            Se levantó y se dirigió al comedor y dijo
            -Tú, venga preparame el desayuno.
            -¡VAAAMOS que no tengo todo el día, que tengo que buscar el tesoro.
            Leonardo dijo malhumorado
            -Te crees que esto es una posada, pues no pedazo de imbécil, he estado toda la
           puñetera noche buscando cómo encontrar el estúpido tesoro que podría ser un mito.

            Y Eusebio se quedó acongojado de miedo y dijo
            -Pues venga, vamos a buscar las pistas que nos lleven al tesoro.

            Entonces ambos salieron a la calle a buscar pistas y estuvieron buscando a personas
            que tuvieran aspecto de saber algo pero no encontraron a nadie hasta que al
            anochecer vieron una prostituta que en el cuello llevaba una marca igual a la
            hendidura del medallón, se dirigieron a ella y le enseñaron el medallón mientras
            le preguntaban si sabía algo y entonces ella salió corriendo.
           
            Eusebio y Leonardo defraudados volvieron a casa mientras que aquella prostituta
            se fue a casa del poderoso noble Carabancierri y le explicó la situación, y este
            mandó a diez hombres a recuperar el medallón cueste lo que cueste.
           
            Leonardo recordó que lo entregó el Papa por lo que decidió ir a casa del Papa con la
            escusa de hacerle un retrato mientras que Eusebio tendría que buscar algo
            relacionado con el medallón.



                                                           Capítulo           II

            Ya en el palacio del Papa, Leonardo tocó a la puerta y dijo
            -Soy Leonardo Da Vinci y vengo con mi ayudante a hacerle un retrato al Papa.

            Y entonces un clérigo bajito algo encorbado abrió la puerta y preguntó que quién
            era el indeseable que le acompañaba.
            Eusebio enfadado le dijo
            -Ven aca p aca  que te voy a arreglar la cara en menos de lo que canta un gallo.
            -Tranquilo señor que mi ayudante no le hará nada
            -Va, va, va, vale señor pero el Papa se ha ido a visitar al conde de Carabancierri.
            Y cerró la puerta. Entonces Leonardo decidió entrar por una ventana.
            Dieron la vuelta al palacio y encontraron una ventana abierta y por esta se
            colaron en el palacio donde se separaron y buscaron por su cuenta.
            Leonardo llegó hasta la habitación del Papa y empezó a buscar y Eusebio fue
            buscando por los pasillos y encontró un extraño jarrón con flores rojas, y de repente 
           apareció el clérigo de antes y como Eusebio le tenía ganas cogió el jarrón y con
            este le dio en toda la cabeza dejándolo inconsciente. Eusebio cogió un trozo del
            jarrón y se largo pitando. Mientras tanto Leonardo vio que venía alguien y se
            escondió bajo la cama donde encontró la llave del medallón pero esta estaba
            encajada a la pata de la cama del Papa. Intentó sacarla pero no pudo y se
            puso a pensar en cómo sacarla y recordó que llevaba las aquarelas, las vertió
            encima de la llave y tiró sacando la llave salió de debajo de la cama y se
            fue corriendo, mientras Eusebio ya había salido, cuando los dos estaban fuera
            Leonardo dijo

            -Venga vámonos que si nos pillan nos están zurrando hasta mañana.

            Y ambos corrieron y corrieron hasta encontrarse con los soldados del conde
            Carabancierri que empezaron a perseguirles. La persecución duró un buen rato
            hasta que Eusebio y Leonardo se escondieron en una posada, subieron hasta el tejado
            y saltaron al de la casa de al lado mientras que los soldados miraban en la posada
            y no les encontraban. Cuando los soldados informaron al conde este furioso
            decidió mandar veinte hombres más en busca del medallón y la llave y a los diez
            primeros hombres los mandó ejecutar. Leonardo y Eusebio escondidos en el
            tejado decidieron abrir el medallón introduciendo la llave en este, que se abrió
            lentamente y dentro había un papel y otra llave. Ambos pensaron que es una pista
            para encontrar el auténtico tesoro y ser asquerosamente ricos. Cuando abrieron
            el papel que estaba doblado se sorprendieron porque no entendían lo que estaba
            escrito hasta que Leonardo dijo
            -Es latín.
            Estuvo pensando y le dijo a Eusebio la traducción
            -Dice que el tesoro se encuentra en el nuevo mundo.


                                                           Capítulo            III


            Cuando ambos se dieron cuenta de que tendrían que irse al nuevo mundo empezaron
            a pensar que si se iban el conde Carabancieri les esperaría y cuando vuelvan los
            ejecutarían pero si se encontraban el tesoro podrían quedarse en las Americas
            y vivir felizmente como nobles en el nuevo mundo donde podrían ser protegidos
            por el poderoso imperio español pero sería difícil teniendo en cuenta el pasado de
            Eusebio y estarían en una situación peor que en la que están en Italia por lo que
            estaban con el agua al cuello.

            Al día siguiente decidieron huir a Nápoles dónde podrían quedarse estando a
            salvo del conde Carabancieri y allí decidirían que hacer. Cuando llegaron a
            Nápoles fueron a buscar una posada dónde quedarse.

           -Posada la Rata Muerta.
            Dijo Leonardo.
            -Bonito nombre.
            Cuando llegaron Eusebio vio un amigo suyo y ambos empezaron a beber
            cerveza mientras Leonardo tenía que buscar la habitación. Ya a las doce de la noche
            cuando Leonardo estaba en su habitación se empezaron a escuchar ruidos de
            golpes, de cristales rotos y de un follón enorme y fue cuando Leonardo decidió
            bajar a ver que pasaba y cuando llegó observó que todo el mundo estaba
            rodeando algo a la vez que decían pelea pelea …

            Leonardo se metió entre la gente y vio que la pelea era entre Eusebio y un
            extraño hombre que  iba de negro. Eusebio tenía en una mano media botella de vino
            la otra mitad estaba desperdigada por el suelo.
            Cuando parecía que Eusebio iba a ganar, de repente el extraño hombre sacó una
            navaja y Eusebio balbuceó y dijo

            -Eso. eso, eso no es nada en comparación con esto.

            Y Eusebio sacó una enorme navaja y dijo

            -Esto es una navaja de Castilla, de las buenas.

            Entonces continuaron la pelea y al final Eusebio recibió un corte en la mano
            izquierda, lo que hizo que se enfadara tanto que se abalanzó sobre él
            clavándole la navaja en el ojo y matándolo de inmediato.

            Después todos los del bar se abalanzaron sobre el cadáver para quitarle todo
            lo que tenía. Y dejaron un extraño papel en el que ponía en qué zona de
            las Americas se encontraba el tesoro, en la ciudad de Lima. Entonces ambos se
            fueron corriendo a su habitación y se pusieron a investigar un poco y decidieron
            embarcarse al día siguiente rumbo a las Americas . Al día siguiente los dos se
            pegaron una enorme caminata hasta llegar al puerto.

            -Son quinientas monedas de oro por cabeza.

            Dijo uno de los marineros del único barco que partía a las Américas.

            -Joer venga haz una rebajilla.
            Dijo Eusebio.
            -NO
            -Pero que te cuesta.
            -No es NO y punto.
           
            Entonces apareció el amigo de Eusebio, Emilio [el que se encontró en la posada]
            y este que era el capitán del barco les dejó ir en la embarcación.
            A las dos semanas de partir ellos fueron atacados por unos piratas ingleses
            y esto hizo empezar una batalla. Los piratas ingleses empezaron a abordar
            el barco pero los marineros contraatacaron lanzando los cañones y derribando
            el barco pirata y después tiraron a todos los que abordaron el barco por la
            borda.
           
            A unos cuantos días del abordaje estaban sin nada que hacer, aburridos
            y decidieron pensar en cómo repartirse el tesoro pero Eusebio no quería porque
            pensó que Leonardo le engañaría.

            Pasaron los días uno tras otro y no había nada que hacer pero un día el barco
            empezó a hundirse resultó que había un traidor pero nadie sabía quién había
            sido. Los marineros decidieron irse a nadar en el interior del barco y poner algo
            para que taparan el agujero producido por el traidor pero era demasiado grande
            y entonces Leonardo sacó el medallón y bajó para tapar el agujero y consiguió
            taparlo pero Eusebio se echó a llorar al perder el medallón y ver que no podría
            venderlo para tener más dinero.

            Al día siguiente empezaron a buscar al traidor por lo que nadie le quitaba el ojo
           de encima a nadie y todos sospechaban de alguien.



                                                           Capítulo    IV


            Acababan de llegar a las Américas y cuando parecía que todos habían bajado
            a tierra faltaba Eusebio que se había quedado en el barco rescatando el
            medallón y al rato Eusebio salió del agua y el barco se hundió.

            -HIJO DE PUTA.
            Dijo malhumorado el capitán del barco.
            -Pero que habré hecho.
            -Te has cargado mi barco.
            -Cómo
            -Tú sabrás que has hecho.
           
            Entonces Eusebio y Leonardo corrieron hacia el bosque para huir de los
            marineros. Ya en el bosque tropical ambos vieron que habían perdido
            de vista a los marineros y se plantearon lo de quedarse a vivir a su bola
            en la selva tropical. Pero vieron que podían irse hacia el norte al imperio
            portugués y desde allí poder irse a buscar el tesoro. Entonces Leonardo
            sacó un mapa y una brújula e indicó la dirección para ir al imperio
            portugués. En el camino hacia el imperio portugués tardaron tres días a
            largo camino hacia el norte. Ya en el imperio portugués los dos fueron
            a la hacienda de un viejo portugués llamado Gilberto, que tenía a su cargo
            una pequeña tribu nativa sudamericana y le pidieron permiso para poder
            quedarse en su casa y este les dejó a cambio de que trabajaran un día.
            Cayó la noche y los dos se tuvieron que ir a dormir con los trabajadores
            de Gilberto. Por la noche se dieron cuenta de que eran de una tribu caníbal
            por lo que cuando les intentaron comer Eusebio y Leonardo salieron corriendo
            por la ventana pero Eusebio se olvidó el medallón y entonces continuó el
         camino un poco cabizbajo. A lo largo del viaje en dirección a Lima donde se                       encontraba el tesoro solo encontraron la dificultad de que había demasiados
            árboles, de los que cogían sus frutos para alimentarse, y animales peligrosos,
            de los cuales una extraña serpiente mordió a Eusebio pero gracias a Dios esta
            no era venenosa. A las dos semanas se cruzaron con el río Amazonas y entonces
            les atacó una extraña tribu de gente roja y esta les raptó. Ya en la aldea ellos
            vieron que realmente se pintaban el cuerpo con una extraña sustancia roja.

            Entonces a Eusebio se le cayó la navaja y entonces todos los de la tribu fueron a               cogerla y como vieron que era un arma muy poderosa les dejaron libres a cambio
            de esta.

            Pasaron ya tres meses desde que desembarcaron en América del sur y ambos
            ya casi habían perdido la esperanza hasta que . . . 
           



                                                           Capitulo        V


            Ambos se encontraron un puente construido por los mayas y se les iluminó
            el camino entonces siguieron la vasta y extensa red de carreteras de los
            mayas hasta la ciudad de Lima donde estaba el tesoro pero se encontraron
            con el conde Carabancierri que había venido por asuntos comerciales
            entonces nuestros protagonistas decidieron seguirle a escondidas hasta que se   quedara solo y poder matarlo. Llegó el atardecer y el conde se fue al palacio
            del virrey de Perú. Más tarde este salió al exterior a tomar el aire y entoces
            Eusebio cogió una lanza que había allí y fue a clavársela en el pecho
            dejándolo completamente muerto para evitar que fuera un obstáculo
           futuro, un guardia le observó y entonces Eusebio y Leonardo corrieron
            hacia el bosque donde Leonardo encontró una cueva oculta en la que se
            escondieron y . . . . . . . . . .






                                                                                  CONTINUARÁ.































                                                                                  Jonathan Espinosa Assim 

1 comentario:

  1. Jonathan, tengo que ser honesto y decir que no me ha gustado mucho tu relato. Los mimbres eran buenos: Leonardo da Vinci como personaje de una historia de misterio, como si de Sherlock Holmes se tratase, prometía.
    Es una historia sin mucho interés, con demasiadas improvisaciones.
    En cuanto a la redacción, tampoco ayuda mucho a su entendimiento porque:
    + Apenas pones signos de puntuación y la narración es agobiante
    + Repites demasiadas expresiones: y entonces...;
    y...y...;para un señor feudal...vino a visitar al señor feudal
    + Está ambientada en la Edad Media y no hay cabida para expresiones lingüísticas modernas o vulgarismos como:quieto parao, vena acá paca(¿son de Amería acaso?), se largó pitando, joer...
    + Has inventado una nueva reagla de ortografía: aquarela.
    NOTA:7

    ResponderEliminar