3 de Enero del año 1514, Roma. Era una tarde fría, lluviosa,
nadie deambulaba por las calles empedradas. Me dirigía hacia la iglesia en la
que el Pápa, León X, me había citado, estaba un poco nervioso, León X era el
nuevo Pápa, de hecho hace tan solo 2 meses que lo era, ¿Qué querría de mí?, ¿Tal vez una
pintura?, ¿una escultura? Llegué a la iglesia y entré, al hacerlo noté cierto
olor a incienso, la nave era iluminada por una tibia luz que las velas
desprendían. Un cura me indicó las escaleras que llevaban a donde el Pápa me
esperaba. Me dirigí a las escaleras, eran de piedra y en forma de caracol, como las del torreón de un castillo.
Las paredes tenían vidrieras desde las que se podía ver las calles encharcadas.
Llegué al final de las escaleras, estas daban comienzo a un
largo pasillo, y, al final de éste, la puerta de la habitación en la que se
encontraba el Pápa. Toqué a la puerta, una grave voz preguntó, -¿Quién es?, -Miguel Ángel señor, -respondí.
–Pase, le estaba esperando.
Al entrar vi al Pápa sentado en una silla, detrás de un
escritorio, un escritorio desordenado, con muchos papeles y plumas para
escribir…
-Perdone por el desorden, pero aún no me he instalado del
todo. Tras la muerte de Julio II, todos pensaban que el sucesor sería Tomás
Bakócz pero mi nombramiento hizo cambiar muchas cosas… -Dijo el Pápa.
-¿Puedo hacer algo por usted? -Pregunté algo confuso.
-Pues claro, le he citado para encargarle una escultura para
celebrar mi ascenso al trono papal. -Dijo el Pápa.
-¿Qué clase de escultura?¿qué debe simbolizar?.-Pregunté
-Debe simbolizar el culto exterior a Jesús sacramentado. -Dijo
el Pápa.
-Algo confuso, pero, puede que con un poco de descanso y una
taza de té, se me ocurran varias ideas…. -Contesté.
-Perfecto. Mañana nos volvemos a ver y me enseñas tus bocetos.
-Dijo el Pápa
-¿Aquí y a la misma hora?. -Pregunté
-No. Nos veremos en esta dirección. -Dijo el Pápa mientras me
daba un papelito con una dirección en latín.
-Está bien. -Dije mientras me levantaba dispuesto a irme.
El Pápa me acompaño a la puerta para despedirse, éste inclinó
la cabeza hacia adelante con las manos juntas a la altura del pecho y volvió a
la fría estancia en la que habíamos conversado cerrando la puerta de roble de
un golpe.
Cuando salí de la iglesia ya había parado de llover, el aire
estaba más limpio y había niños jugando en la calle. Me dirigí a casa.
Mi casa era pequeña, de piedra y se encontraba en un barrio
de los suburbios, a tan solo 520 metros de la iglesia en la que el Pápa me
había citado aquella tarde.
Ésta tenía dos habitaciones, un cuarto de baño, una pequeña
cocina y un comedor. En el comedor se encontraba mi scriptorium. Cuanto llegué lo primero que hice fue prepararme una taza
de té caliente, y me senté frente al scriptorium, comencé a pensar en cómo podía ser
mi escultura, pero, no podía concentrarme, ¿por qué León X me eligió a mí?,
Leonardo da Vinci era también un buen pintor… ¿por qué razón no lo elegiría a
él?
De repente Francesco, un buen amigo con quien comparto casa,
apareció por la puerta, todo empapado.
-¿Sigue lloviendo? -Pregunté.
-¡No!, ¿qué te hace
pensar eso? -Contestó Francesco
-Bueno…Mírate, estas mojado, hace alrededor de una hora que
he llegado y no he oído llover. -Le comenté
-¡Áh! no, es que he
vuelto a tener una pelea con los rusos, y me han echado a la fuente de las
lamentaciones. -Dijo Francesco
-¿Otra vez, cuando vas a estar en maldita tregua con esa
banda de criminales? -Pregunté
enfadado.
-Cuando dejen de robar a los pobres. -Gritó Francesco
-Tú eres uno de esos pobres. -Reí
-Lo sé, y, aún no me han devuelto el cuadro que me pintaste y
que me robaron, seguro que lo han vendido para sacarse un dinerillo…-Respondió
con mucho ímpetu.
- Tranquilízate,
ahora te voy a contar lo que me ha pasado a mí. ¿Recuerdas aquella carta que me
llegó? Pues bien, el nuevo Pápa, León X me ha pedido que le realice una
escultura para celebrar su ascenso al trono papal. -Le comenté
Francesco sin
prestarme mucha atención entró en su habitación para secarse y cambiarse de
ropa. Yo seguí dándole vueltas a mí imaginación para ver qué podría esculpir.
Pensé en una figura humana, varón, de unos 2 metros y 13
centímetros de alto abrazado a una cruz de altura algo mayor.
Me pasé toda la noche pensando, dibujando ideas, sin dormir…
A eso de las seis de la mañana, un rayo de
sol iluminaba la estancia en la que me hallaba. Alcé la cabeza, y contemplé el
boceto de la escultura, el cual, la noche anterior, no se veía de igual forma
que con luz natural, sonreí, orgulloso del trabajo que había realizado.
Me cambié de ropa, desayuné y me lavé la cara lo más rápido
que pude, pues, apenas faltaban 10 minutos para mi encuentro con León X.
Cuando estaba listo para marchar, entré en mi habitación para
coger el papel con la dirección. Lo había guardado en un hueco en la pared que
uso de escondrijo, ese hueco está tapado por uno de mis cuadros.
Al salir, me asomé a la habitación de Francesco, seguía
durmiendo.
Cuando salí a la calle note el fresco de la mañana en mi
cara, respiré hondo, y empecé a caminar.
Llegué al castillo en el cuál se encontraba León X y otro
señor. León X me saludó: “Buenos días Miguel Ángel, te presento a Jakob Fugger,
él es quien va a invertir en la construcción de la Basílica de San Pedro donde
se hallará tu escultura”
Fugger era un hombre alto, iba vestido muy elegantemente,
tenía un gran bigote negro, como su cabello, su nariz era alargada y ancha. Sus
ojos pardos no me trasmitían muy buenas vibraciones…
-¡Encantado! -Exclamé mientras acercaba mi mano como gesto de
gratitud
-Mucho gusto. -Dijo él sin mucho entusiasmo.
Su voz era grave.”Por favor síganme “-Dijo León X.
Mientras Fugger me miraba fijamente, yo intentaba evitarle
pero estaba claro que él no iba a invertir en la construcción de la basílica de
forma altruista y seguramente quería algo, o
bien de mí o del Pápa.
Pasamos horas hablando de este gran proyecto, Fugger no
parecía el mismo hablando con el Pápa, parecía como si le pusiese mucho empeño
e interés.
Cuando terminamos, León X se despidió de igual manera que el
día anterior. Al salir del castillo, Fugger se fue con un hombre, los dos
hablaban muy bajo mientras miraban a León X.
Lo único que pude oír fue: -“Pero no le podemos hacer eso al
Pápa” -Decía el acompañante de Fugger
-“Lo siento ya está decidido, no podemos atrás” -Susurró
Fugger
¿Qué iban a hacerle a León X? -Me pregunté
Quise decírselo al Pápa, pero no me atrevía, me culparía de
mentiroso; claro, delante de León,
Fugger no parece tan malvado como a mí me lo parecía…
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-Ya te he
dicho que no creo que sea muy buena idea asesinar a León X delante de todo Roma
-¡¿Y por qué no?!
- ¡Pues porque nos pueden descubrir Fugger!
- Pero si llevamos planeando esto desde hace años, ¿Por qué
crees que también matamos al antiguo Pápa, Julio II? ¡Pues para poder asesinar
a León X!
- Lo que aún no entiendo es ¿por qué tuviste que matar al
antiguo Pápa?
- Pues porque así León X ascendería al trono Papal.
-¿Y no te valía matar a León X aún no estando en el puesto de
Pápa?
- No, ¿quieres saber por qué?
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Intenté olvidarme del tipo al que había conocido esa mañana,
solo quería descansar, la noche anterior no pude dormir por realizar los
bocetos de mi escultura, y encima, a León X se le había olvidado pedírmelos
para echarles un vistazo.
Al llegar a casa, encontré a Francesco aún durmiendo, habían
pasado como seis horas desde que le dejé descansando…pobre, esas peleas le dejan
agotado, ya que siempre es él quien sale perdiendo.
-¿Francesco, estás bien?-Le pregunté
-Sí, es que ayer me acosté tarde, ¿Has ido ya a ese sitio
dónde León X te citó? -Dijo él
-Sí, hemos habado del proyecto, he conocido a un tal Jakob
Fugger, quién resulta ser un señor que invertirá en la construcción de la
basílica de San Pedro. No me ha caído muy bien, pero, ya está todo en camino…-Le
comuniqué
-¿Pero te mudarás a otra ciudad? -Preguntó asustado Francesco
-No, tranquilo, no me mudaré, de hecho León ya ha encargado
el bloque de mármol de unas 2 toneladas con el que trabajaré.
-Esculpirás la escultura en el taller, ¿no?
El taller en realidad es un pequeño cuarto de la casa el cual
uso para realizar mis pinturas y esculturas, está escondido tras una estantería
y sólo Francesco y yo sabemos de su existencia, aunque, le tendré que desvelar la
existencia del mismo también a León X…
-Pues claro que trabajaré en el taller. -Le contesté
Acto seguido, Francesco se levantó, se vistió y se lavó la
cara.
-Voy a dar un paseo por la ciudad. -Contestó
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3 días después
León X me dio la peor de las noticias, al parecer el bloque de mármol se iba a
retrasar.
-¿Y qué hago ahora? -Le pregunté
-No lo sé. -Respondió
-Pues qué se le va a hacer. No cuente con su escultura para
la inauguración señor. -Rió entre dientes Fugger.
Le lancé una mirada fulminante, pero él tan solo se limitó a
sonreír.
-¡No podemos suprimir la escultura! -Sollozó León X.
Al salir de la sacristía de la iglesia, con toda la rabia
acumulada que tenía, me abalancé sobre
Fugger y le pregunté que se traía entre manos con aquel hombre que le acompañó
el otro día. Él simplemente me amenazó con que no contase nada a nadie o se las
apañaría para que el mármol nunca llegase a su destino, pero yo no podía hacer
eso, si contaba algo no podría realizar mi escultura y defraudaría al Pápa.
-Está bien, no contaré nada a nadie. -Respondí.
Por fin, dos semanas de
espera merecieron la pena, ya tengo mi bloque de mármol con el cual trabajaré
en mi taller. Nada más llegar a casa me puse manos a la obra, cogí un cincel y
un martillo, y empecé a esculpir.
Así
estuve más o menos 2 años y medio, siendo preciso con las medidas y modificando
cualquier error por insignificante que fuese.
León se acercaba a echar un vistazo cada semana. Cada día
parecía estar más nervioso que el día anterior, ya que la fecha de la
inauguración se acercaba. Al “agradable”
señor Fugger hacía tiempo que no lo veía, pero sí que oía hablar de él, al
parecer la banca Fugger financiaba la construcción de la basílica con la venta
de indulgencias. Dicha decisión fue uno de los detonantes de la reforma
encabezada por Martín Lutero.
Mi amigo
Francesco no volvió a pelearse con los rusos, lo que no quiere decir que los
perdonase. También le invité a la inauguración de la Basílica, el se puso muy
contento, pero yo le dije que no sería una inauguración muy normal, le expliqué
lo que había oído sobre el Pápa y Fugger (lo del asesinato), le dije que tendríamos que estar pendientes
de los movimientos de Fugger y su cómplice, para poder desenmascararlos delante
de toda Roma.
-¿Pero qué querrá ese tal Fugger del Pápa? O más bien, ¿qué
ganará Jakob Fugger con la muerte de León X? -Añadió Francesco.
- Eso es lo que quiero averiguar. -Contesté.
-Vale, ¡Te ayudo!, pero, ¿Tendré que ir vestido más formal,
no? -Añadió Francesco.
-Pues claro, pero tranquilo, de eso ya me encargaré yo. -Le
contesté.
-¡Por eso eres mi mejor amigo! Yo no sabría qué vestimenta
escoger, desde la muerte de mi padre, me he vuelto más serio, ya no me
relaciono tanto con las personas, y, no sé qué ropa formal podría ponerme. -Argumentó
Francesco
El padre de Francesco, Brako, murió hace 2 años a causa de un
accidente en una obra, estaba construyendo un edificio y en el piso 4º,
mientras colocaba un tablón para poder levantar un tabique, cayó un bloque de
cemento mal colocado, éste hizo que el tablón sobre el que estaba el padre de
Francesco, temblase haciendo así caer al pobre hombre.
-No te preocupes, ya verás cómo te animas cuando el próximo
mes, asistamos a la inauguración de la Basílica de San Pedro. -Le consolé.
-Está bien, pero, antes me gustaría acercarme al cementerio,
al nicho de mi padre, para ponerle unas flores.-Añadió.
-Me parece bien, esta tarde, te compraré el mejor ramo de
flores que encuentre en el mercado, e iremos al cementerio. -Contesté.
Esa misma tarde fuimos al cementerio, allí me esperaba una
gran sorpresa;
-¿Bueno, te sientes mejor? -Pregunté.
-Sí, solo es que...
-¡Espera, ese es Fugger, y el que está a su lado es ese
hombre tan misterioso con quién siempre va! -Interrumpí señalando a Fugger, el
cual se situaba sentado en frente de un nicho.
-¿En serio? -Me preguntó Francesco.
-Sí, es el. -Le dije.
-No que va, ese es el hijo de Tomás Bakócz, Napoleón Bakócz. -Me
dijo Francesco.
-No, ese es Jakob Fugger, estarás confundiéndolo, es más,
¿Conoces al hijo de Tomás Bakócz? -Pregunté.
-Sí, bueno es que cuando Napoleón tenía 10 años, su madre
falleció, y como su padre estaba siempre viajando (Recordemos que él iba a ser
el futuro Pápa ) pues mi familia lo acogió en mi casa hasta casi entrados sus
17 años…-Comentó Francesco
-Ahora la historia va teniendo significado…-Susurré.
- ¿Qué dices? -Preguntó Francesco con tono de superioridad.
-Corre, vamos a acercarnos. -Le dije a Francesco cogiéndolo
de la mano y tirando de él para correr.
Cuando llegamos, Fugger se sentía un poco extraño ante la
presencia de Francesco, y el hombre que acompañaba a Fugger también se sentía
algo sorprendido.
-¡Fugger! Mi amigo Francesco dice que te conoce, y que en
realidad no eres quien dices ser, ¿Es verdad que en realidad eres Napoleón
Bakócz? -Le grité.
-Hola. Sí, soy Napoleón, y el verdadero Jakob Fugger es él. -Dijo
Napoleón señalando al hombre de al lado.
-¿Y por qué has estado mintiendo durante todo este tiempo? -Le
pregunté enfadado
Napoleón sin miedo a lo que yo pudiese decir añadió:
-Mi padre debería haber ascendido al trono papal, así que
decidí asesinar a León X para que mi padre por fin ascendiese, para que no
sospechasen de mi familia, decidí hacerme pasar por un miembro de la familia
Fugger, prestar “mi” dinero a León X y así yo no podría ser un sospechoso.
-¿Y de dónde ha salido todo el dinero? -Pregunté confuso.
-De mí. -Añadió el verdadero Jakob Fugger.
-Mi familia y la familia Bakócz son muy buenos amigos, además
a mi no me importa gastar dinero con tal de ayudar a mis amigos…-Añadió de
nuevo el verdadero Fugger.
-¿Y cómo estáis tan seguros de que no vamos a decir nada? -Añadió
Francesco.
-Cógeles. -Le dijo Napoleón a Fugger.
El verdadero Fugger nos roció una especie de gas somnífero,
no recuerdo nada desde entonces. Cuando recobramos el conocimiento recuerdo que
estábamos en una habitación muy grande y oscura, la única luz que entraba lo
hacía por una pequeña rendija, Francesco y yo estábamos atados de una mano cada
uno a la pared y con un pañuelo alrededor de la boca, no podíamos pedir
auxilio, y ni siquiera sabíamos si aún estábamos en Roma…
Encontré un pequeño papel en el que decía:
Si sabéis lo
que os conviene, permaneced aquí y no intentéis escapar.
Por cierto,
Miguel Ángel: La inauguración de la basílica de San Pedro
es hoy, ya
no hay vuelta atrás, hoy será el último día en el que León X
vea la luz
del sol…
Firmado: Fugger y
Napoleón
En ese instante se empezaron a escuchar disparos con armas de
fuego y gente gritando, Francesco y yo nos miramos horrorizados.
Desde ese día, todos
los días me he sentido culpable, Francesco se siente aún más culpable porque
dice que si él no hubiese dicho nada, probablemente ahora León X estaría con
vida….
Nosotros salimos de aquel cobertizo, asistimos al funeral de
León X, la familia Fugger cayó en bancarrota después de descubrir sus
intenciones, la familia Bakócz fue encarcelada, Francesco conoció a una
señorita de la cual se enamoró, y yo seguí mi carrera de pintor y escultor.
FIN
Bien, he de decir que es perfecto, incluso en la elección de personajes históricos y contemporáneos entre sí. Es perfecto también en la redacción. No hay ni una sola incoherencia ni cronológica, ni narrativa. Todo ello, lo entenderás me ha llevado a sospechar. Aún no te conozco lo suficiente para saber cuáles son tus capacidades literarias. No he encontrado ningún referente en Internet. Por tanto, tienes un 10
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