TRAMAS Y
TRAICIONES
Los
ejércitos papales, liderados por el cardenal Guartoi, llegaron a la ladera del
Vesubio donde acamparon. Diez mil hombres aguardaban las órdenes del Papa
Bonifacio II y esperaban la llegada del ejército aliado del noble más poderoso
de la Península Itálica , el duque de Lavezti.
Después
de tres días de espera, apareció el duque encabezando sus tropas hacia el
campamento del Papa.
Pero
todo esto no es ni el principio , ni el final de la historia.
Todo
esto ocurrió después de que el Papa recibiera a un emisario del sultán Azmeny,
pidiendo la rendición del pueblo cristiano y la entrega de todos sus bienes ya
que el Papa, en su labor de cristianizar al mundo, mandó a su ejército a ocupar
los territorios del norte de África, gobernados en ese momento por el general
Albalá, hermano y sucesor del sultán Azmeny . Allí se libró una feroz batalla
que acabó con el violento desenlace del asesinato del general y de toda su
familia .
El Papa rechazó las exigencias del
emisario procedente del norte de África y éste amenazó con enviar a su ejército
para destruirlos.
Pasaron
unos meses, incluso más tiempo , pero el sultán no dio mas signos de vida . A mediados
del mes de abril del año 1519 se produjo un desembarco de tropas en la isla de
Sicilia por parte del sultán Azmeny.
El
Papa pidió ayuda al rico y noble duque de Lavezti .
Mientras
las tropas del sultán tomaron la isla de Sicilia, los generales del Papa junto
con al cardenal y el noble, planificaban la estrategia para rechazar la
invasión musulmana.
El duque de Lavetzi era una persona alta,
corpulenta y con unos rasgos faciales muy agravados , mientras que el cardenal
era una persona fría , poco sociable y muy religiosa. Cada uno tenía una
postura para resolver el problema. El duque proponía atacar la isla de Sicilia
y expulsar a los musulmanes , en cambio Guartoi, proponía hacerse fuertes en la
península y rechazar la invasión desde ésta.
Al
final , el Papa , persuadido por el cardenal y sus obispos accedieron a la propuesta de éste . Así pues,
los soldados del Papa fueron a la ciudad de Nápoles y allí establecieron el
nuevo campamento.
A mediados del mes de septiembre se
supo que el ejército musulmán estaba formado por tribus bereberes del norte de
África (40.000 soldados a pie y 5.000 soldados a camello y caballo).
Mientras
tanto, en Roma, muchos cardenales conspiraban contra el Papa Bonifacio y
tramaban derrocarlo de su puesto. Los cardenales procedentes de Francia, España y Portugal pretendían mantener la
autoridad del Papa actual pero los demás cardenales católicos querían
derrocarlo. Al final, tras una serie de desapariciones y asesinatos , los
seguidores del Papa Bonifacio consiguieron callar las voces de muchos
cardenales que pretendían quitarlo del poder.
Los generales del sultán llevaron a sus
tropas conquistando las ciudades de Palermo , Mesina , Tarento , Bari … hasta
acampar a un kilómetro y quinientos metros de Nápoles donde aguardaban los
soldados que defendían el territorio.
Tras resolver los acontecimientos en
Roma, el Papa volvió a centrarse en la defensa de la península Itálica. Los
20.000 soldados de infantería y los 2500 soldados de caballería se dispusieron
en una amplia llanura donde el sol caía
como si de flechas se tratase , pero los soldados se mantuvieron firmes. Mientras,
en el otro lado de la llanura se dispusieron los soldados africanos, que
doblaban en número a los defensores. El
ejército africano atacó como si de una jauría de perros se tratase , todos
corriendo como alma que lleva el diablo y gritando como si se tratase de la
última vez. Al ver esto, en el bando
cristiano corrió un escalofrío pero al poco tiempo, la adrenalina y el nerviosismo
hicieron que ese miedo se transformara en rabia y cargaran contra el
enemigo con más ahínco.
Los dos ejércitos chocaron con mucha
fuerza y algunos soldados salieron despedidos. La batalla duró unas cuantas
horas en la que muchos soldados murieron y otros tantos fueron heridos pero
ninguno de los contingentes daba su brazo a torcer ni se rendía. Sobre las ocho
de la tarde, los dos ejercito se retiraron del campo de batalla y recogieron a
sus muertos.
Más
tarde, todos los generales del Papa y el duque discutieron sobre la forma de
atacar a los árabes y al final llegaron a la conclusión de que el ataque
tendría que hacerse esa misma madrugada. Los soldados sin tiempo para enterrar
a los muertos y recuperarse del todo, marcharon hacia el campamento enemigo en
un silencio absoluto y a falta de unos cuantos metros los árabes dieron la voz
de alarma pero era tarde, ya que los soldados habían entrado en el campamento y
estaban matando a todo el mundo. Más de la mitad de los soldados acampados
lograron huir, pero los cristianos hicieron que se retiraran hasta el
emplazamiento que tenían a mas de 6 km, y a marchas forzadas consiguió llegar
casi todo el grueso del ejército musulmán.
Tras su regreso a Roma el Papa fue
recibido como un héroe y después de conceder una serie de favores al emperador
de España, éste ofreció tropas para echar a los musulmanes de los Estado de la
Iglesia.
El duque Lavezti envidiaba al Papa por
haber recibido honores y todo el prestigio. Por eso, decidió quitarle su apoyo
y tras una serie de sobornos logró poner de su parte a muchos ricos y
cardenales para destituir a este Papa. Tres meses después de la victoria, el Papa
murió, según el informe oficial, de muerte natural, aunque algunos presuponían
que lo habían matado el duque y sus apoyos.
Los dos nuevos candidatos a Papa
propuestos fueron Guartoi y un cardenal procedente de España, Benedicto Borcía que
finalmente se convirtió en su Nueva Santidad ya que el duque sobornó a los
cardenales votantes. Este Papa junto con el duque protagonizaron muchas guerras
de fe contra los musulmanes, conquistando las costas africanas y contra los
judíos, expulsándolos de la península Itálica.
FIN
Buen relato. Es una pena que no profundices un poco más en las descripciones de personajes, lugares o sitiuaciones, porque cuando lo has hecho,poco, la narración ha ganado en intensidad. Sólo tengo un pequeño reparo: la historia podía ser algo más extensa y el final menos precipitado
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