domingo, 9 de diciembre de 2012

TRAB. TRIMESTRAL 3D CRISTIAN PIRLOG

LA HISTORIA DE UN GUERRERO

Me desperté, me dolía la cabeza y en general todo el cuerpo, agarre mi espada para apoyarme y al levantar la vista vi miles de cadáveres, estaba rodeado de ellos. Por una parte, los malditos  musulmanes que querían conquistar  nuestras tierras y a nuestras mujeres, y en el otro bando estábamos nosotros, la ultima civilización que podía parar el avance de los morros, los cristianos.
Intente caminar, pero tenia cortes por todo el cuerpo, al final saque fuerzas y pude dar unos pasos, intente no tropezar con los cadáveres ya que si lo hacia no podría levantarme otra vez. Al mirar mejor a mí alrededor, me di cuenta de que no era el único superviviente y de que había más soldados. No podía identificarlos ya que tenía la vista nublada, pero parecía que estaban acabando con los últimos  enemigos  que yacían vivos en el suelo. No sabia de que bando eran así que intente levantar mi espada para defenderme, pero estaba muy débil incluso para eso, así que me desplome, ya me daba igual que fueran morros y que fueran a acabar con migo, porque prácticamente ya lo estaba.
Me volví a despertar, parecía un milagro, pero a diferencia de la última vez ya no percibía ese olor a muerto, ni estaba tumbado encima de otro enemigo, e incluso pude afirmar que me encontraba mejor.
Me levante, mi ceguera había pasado y lo más importante era que esa habitación me resultaba familiar. Por supuesto que conocía ese lugar, estaba en una enfermería, pero lo extraño fue que no había nadie, ni un herido. De pronto oí unos pasos y al darme la vuelta:
-Veo que ya estáis mejor, dijo la enfermera.
-Si, pero porqué no hay nadie mas aquí, pregunte.­
-Bueno después de la guerra sobrevivieron pocos soldados, y los que lo hicieron ya se han ido, habéis estado dos meses inconsciente, me dijo.
Tres meses, pensé. Era lógico ya que todas mis heridas casi habían desaparecido.
La enfermera se fue y regreso con un plato de carne, pan y vino. Devore al instante esa comida y quise repetir pero la enfermera me dijo que no podía comer tanto de golpe, así que me tuve que aguantar.
Me dijo que saliera fuera y diera un paseo ya que me sentaría bien, agarre un palo que había cerca y lo utilice como bastón. Abrí la puerta y de repente oí:
-Mirad nuestro rey se ha levantado, dijo un escudero.
Rey, no recordaba haber sido rey, pero pensé que era culpa de haber estado tanto tiempo inconsciente.
En un abrir y cerrar de ojos estaba rodeado de soldados, escuderos y campesinos. Todos parecían alegrarse y no entendía porque.
-Viva nuestro rey, decían algunos.
-Es un milagro, comentaban algunas señoras.
-¿Cómo te encuentras Fernando?, me pegunto alguien, me resultaba familiar esa voz y al darme la vuelta:
Le vi., era Alfonso de Lugo, el amigo más valiente y fiel que jamás tuve.
-Bastante bien, le respondí.
-Vamos a dentro y te explicare lo que ha pasado en estos meses, se que estas intrigado, me dijo, y la verdad es que me conocía bien.
Entramos dentro, y nos sentamos.
-Has estado inconsciente tres meses en los que ha habido muchos cambios, me dijo.
-¿Cómo cuales?, le pregunte.
-Empezare por el principio, por la guerra.
El nueve de octubre del año 1234 de nuestro señor, habíamos planeado atacar a los musulmanes y arrebatarles una franja de tierra del sur, pero cuando llegamos nos superaban en numero, aun así nuestros soldados lo dieron todo y aunque por la minima ganamos. No se que te paso, pero al acabar la guerra nuestros soldados dicen que te vieron deambulando y al sacar la espada de desmayaste. T e trajeron aquí.
-Por qué todos me llaman rey, le pregunte interrumpiéndole.
-Si te acuerdas nuestro rey también quiso participar, les tenia mucha saña a esos morros, pero no sobrevivió, aunque sus ultimas palabra fueron las que decían que te cedía el trono.
-Así que ahora soy rey, dije
-Así es, afirmo.

Esta es la historia de mi vida, ahora soy rey, tengo una esposa y tres maravillosos hijos.

1 comentario:

  1. Podía tener mucho más recorrido. La verdad es que apenas tiene intriga. Si lo has concebido como unas memorias, un diario, podías haber introducido más hechos relevantes.Es corto.
    No ayuda mucho tampoco el que apenas pongas signos de puntuación ,sobre todo, puntos y seguido
    En cuanto a la ortografía, te recomiendo que uses a posteriori el corrector porque apenas pones tildes.
    No son morros, sino moros; en esta época la profesión de enfermera no existía.
    NOTA:7

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