martes, 15 de mayo de 2012

Los "tupperwares".

Personajes:
Nicolás es el cajero de supermercado.
Nagore es la supervisora del supermercado.
Hugo es el cleptómano.
Aitor es el chico atractivo.
Lilia es la compradora compulsiva.
Dolores es la embarazada.
Ismael es padre de familia.
Adriana y Héctor son los hijos pequeños de Ismael.

(Se abre el telón y aparece en escena la caja de un supermercado con una cola interminable y el cajero. Este lleva puesto una gorra y su uniforme. En la cola está Lilia con un carrito de la compra lleno de tupperwares. Aitor lleva una botella de agua pequeña y Dolores otro carrito lleno de productos.)
Nicolás.- Serán ciento setenta y tres euros con ochenta céntimos, por favor.
Ismael.- (Que no lo cree.) ¡¿Perdona?! Solo llevo un detergente para ropa de color, unas barras de pan y unos potitos. O estás ciego o estás drogado. Pero no pienso pagar eso.
Nicolás.- Mire señor yo solo le informo de lo que indica esta maquinita que marca el precio de su compra.
Dolores.- (Al fondo gritando a los primeros de la cola. ) ¡Por Dios y por la virgen! ¿Quieren avanzar ya? Llevamos aquí ya al menos quince minuto. Y con el calor que estoy pasando. Al final se me adelanta el parto.
Nicolás.- (A Ismael de nuevo.) Mmm… Por lo visto me equivoqué, tenía usted razón. Serán entonces Diecisiete euros con tres céntimos.
Adriana.- (Susurrando.) Papá, yo creo que este tío te está tomando el pelo a ver si se ríe de ti y te estafa.
Lilia.- ¡No aguanto más! Necesito pagar esto ya y marcharme de aquí. Tengo mucha prisa.
Héctor.- (A Adriana.) ¿Por qué lleva esa mujer solo fiambreras en el carrito?
Adriana.- Será una friki de esas o irá a organizar la fiesta de tupperwares del siglo. (Ríe.)
Nicolás.- ¿Querrá una bolsa de plástico también?
Ismael.- Pues no hombre, si quieres me llevo todo esto en los bolsillos del pantalón.
Nicolás.- Pues en ese caso serán treinta céntimos más.
Dolores.- ¡¿Treinta céntimos por una bolsa de plástico?! Eso no se lo cree ni el cajero ese.
Aitor.- Yo solo sé que llevo aquí esperando veinte minutos para pagar una botella de agua, que para colmo es pequeña. Al final me colaré.
Lilia.- (Que está justo delante de Aitor en la cola.) ¡Ja! No se te ocurrirá, aquí haces cola como todos y si no quieres hacerla, sales por donde has entrado.
Aitor.- Por donde he entrado no creo que salga, ya que esa puerta solo se abre desde fuera, saldré por la puerta del otro extremos del supermercado que es la de salida.
Lilia.- Que gracioso nos ha salido, (con énfasis) aquí el “guaperas”.
Aitor.- A palabras necias oídos sordos.
Ismael.- Bueno yo me voy ya. Venga hasta otro día, me ha encantado el trato y el personal de este supermercado. (Con ironía.) Ya nos vemos, si eso…
(Sale de escena por un lateral con sus hijos y la cola avanza una posición.)
Lilia.- ¡Por fin! Me toca. (Emocionada, comienza a colocar tupperwares encima de la cinta automática.) La verdad es que deberíamos poner una reclamación. Este supermercado es muy grande para que haya un solo cajero atendiéndolo todo.
Nicolás.- Señorita, todos mis compañeros están de vacaciones y además hoy es sábado y festivo, yo he sido el único que ha aceptado trabajar hoy, les estoy haciendo un gran favor a todos aunque no lo parezca.
Aitor.- Sí, claro, un favor. Si no haces bien tu trabajo. No lees ni el precio a pagar correctamente.
Nicolás.- No vi la coma, nada más. Un fallo lo puede tener cualquiera.
Dolores.- Sí, parece mentira que este hombre cobre por tenernos aquí veinte minutos esperando. Pero bueno, así intentamos sacar el país adelante.
Lilia.- Bueno ya está todo.
Nicolás.- Por supuesto, serán treinta y ocho euros.
Lilia.- No, eso no puede ser correcto. (Empieza a contar las fiambreras.) Hay diecinueve…¡Hay diecinueve! ¡Falta un tupperware! (Se da la vuelta y observa a todos los demás clientes.)
Dolores.- A mi no me mires así que me intimido.
Lilia.- Alguno de vosotros tiene que tener un tupperware mío. Me lo habéis quitado cuando estábamos entretenidos con toda la discusión de antes.
Aitor.- Aquí no acuses sin pruebas chica.
Lilia.- Claro que sí, y seguro que fuiste tú, como me has cogido manía.
Aitor.- Pero, ¿se puede saber para que quieres veinte tupperwares?
Lilia.- Eso no le incumbe a nadie. Solo necesito esos veinte tupperwares, entonces serían cuarenta euros a pagar, pero falta uno y son treinta y ocho euros solo.
Dolores.- ¿Cómo que solo? Se nota a quien le sobra el dinero aquí. Claro que como tú no tienes que criar a un hijo recién nacido, malgastas el dinero comprando fiambreras.
(Hugo que había estado haciendo cola hasta ahora con tan solo un producto en la mano se dirige a la caja y lo deposita.)
Hugo.- Al final no me lo llevo, se me ha echo muy tarde ya y me están esperando.
(Se va alejando por un lateral, cuando la alarma de seguridad comienza a sonar. Nagore entra entonces por el otro lateral.)
Nagore.- (Alterada.) ¿Qué está pasando aquí Nicolás? ¿A caso no sabes controlar a tu clientela? ¿Y esa gorra? Quiero verla fuera de tu cabeza antes que cante un gallo. ¿Qué te piensas que es esto? Una guardería, ¿o que?
Nicolás.- (Comienza a sudar.) Yo… yo… No tengo ni idea de cómo he llegado a este punto. Lo siento mucho. Mi intención es hacerlo lo mejor posible.
Nagore.- Déjate ya de lamentos y dramatizaciones, que siempre estás con la misma historia. Y tú, ¿qué llevas por ahí escondido? (A Hugo.)
Hugo.- Yo… yo… Yo no llevo nada.
Nagore.- ¿Otro igual?
Lilia.- Bueno pero que pasa con mis tuppers?
(Nagore se acerca a Hugo, este te desplaza hacía atrás. Ella empieza a registrarle en los bolsillos y demás.)
Nagore.- ¿Pero que tenemos aquí? (Irónicamente.) No, en serio, ¿qué tenemos aquí? (Asombrada.)
(Le saca una fiambrera de debajo de una chaqueta que lleva puesta)
Nicolás.- ¿Es que no tiene usted calor?
(Hugo sale corriendo en un descuido de Nagore, que se queda gritándole en la distancia.)
Lilia.- Bueno pues ya está todo entonces, pon ese tupperware en la cinta y cóbrame de una vez.
Dolores.- Me quedo loca.
Aitor.- Y yo, se me calentó el agua.
Fin

PD: Los tupperwares eran “Made in China” Y no duraron ni una semana. Dolores parió un Chinito que en el futuro se dedicó a fabricar tupperwares. Aitor no llegó a su sesión de spinning en el gimnasio, lo cerraron antes. Nicolás fue atracado en el supermercado dos días después y Nagore… Nagore es un caso desconocido.

1 comentario:

  1. Formalmente muy bien, excepto por la PD final; tendría que haber un narrador entre los personajes que contara el final de la historia. Es entretenida, dinámica y los diálogo son originales.NOTA: 10

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