PERSONAJES
Sta.
Mercedes Ruiz – Cajera
Don
Rodrigo Estévez – Supervisor del supermercado
Carlos –
Cleptómano
María –
Señora de la cola y madre de Pablito
Pablito
– Hijo de María
Juan –
Hombre de la cola
Policía
1
Policía
2
(Se abre el telón. Cola del supermercado. Hay
mucha gente esperando con carros y cestas llenas de productos. Solo hay una
cajera, muy repelente, que va cobrando a los compradores.)
Sta.
Mercedes.- (Mirando a la cola y con
aspecto de cansada) ¡Siguiente!
Pablito.-
(Aparece de debajo del mostrador, con una
voz suave y aguda) Perdone, señorita, mi madre ha ido a coger una cosa que
se le había olvidado, ¿puede esperar un momento a que venga, por favor?
Sta.
Mercedes.- Ja, ja, ja… (Acotación)
Los niños de hoy en día, ¿eh? Se creen que estamos para juegos y mira por dónde
nos salen, ja, ja, ja. (A Pablito)
Vamos a ver, niño, ¿has visto toda la cola que hay para pasar por caja? ¡Una
mujer que está trabajando 10 horas no puede esperar a alguien que se le haya
olvidado algo, que las cosas están muy mal! (Dirigiéndose
a la cola) ¡Siguiente!
Pablito.-
Pero… si mi madre solo ha ido a por la canela, que se le ha olvidado…
Sta.
Mercedes.- ¿Tú te crees que a mí me importa lo que se le haya olvidado a tu
madre? No me importa lo más mínimo. (A la
cola) ¡Siguiente, por favor!
José.-
¡Eh, eh, eh! ¿Esto por qué no avanza? ¡Hay gente que tiene prisa!
(La gente empieza a protestar sobre el
personal del supermercado en voz baja)
Sta.
Mercedes.- (Gritando) ¡A ver!
Tranquilidad, por favor. Sé que es muy cansado estar de pie esperando a que te
atiendan, pero es así. Un poco de tranquilidad y no se sulfuren. Ahora, por
favor, ¡que alguien traiga a la madre de este niño!
(Aparece corriendo por la cola María con la
canela. Llega hasta su hijo)
María.-
(A Pablito) ¿Ya estás aquí, cariño?
No te preocupes, ya he llegado. (Sonriendo,
pone la canela en el mostrador)
Sta.
Mercedes.- (Con cara de enfado)
¡Menos mal, señora! Ha puesto usted a toda la cola patas arriba protestando. (Va pasando los productos comprados por el
mostrador con el sonido: ‘’pi’’)
María.-No
creo que sea para tanto, señora. He ido a por una cosa que se me había
olvidado, y punto (con aire enfadado)
Sta.
Mercedes- Primero, corrija su falta: ‘’señorita’’, ¿o es que me ve mayor? ¡Que
usted sepa que todavía me queda una vida por delante, tan solo tengo cuarenta y
cinco años! Así que vaya midiendo sus palabras, bonita.
María.-
(Mirando a Pablito) Ay… Qué gente hay
por el mundo, dices algo y ya se lo toman a mal. A ver si nos cobran ya y nos
vamos a casa, ¿vale, mi vida? (Sonríe)
Sta.
Mercedes.- Son cuarenta y seis con cincuenta.
María.-
Tome, señora.
Sta.
Mercedes.- (Acotación) ¡Ay señor, qué
vida más dura! (Mete el dinero en la caja
y le da la vuelta) Aquí tiene la vuelta y adiós.
(María coge la vuelta y va caminando con
Pablito hacia la puerta)
Pablito.- (A su madre, con una voz aguda que le
escucha toda la gente de la cola incluida la cajera) Mami, mami, ¿esa
señora es muy quisquillosa, no?
María.-
(Riéndose) Sí, Pablito, a esas
personas no hay que hacerles caso, se creen el centro del mundo… ja, ja, ja.
(Salen del supermercado. En la caja)
Sta.
Mercedes.- (Acotación) Quisquillosa
dice… ese niño es un mimado. (A la cola)
¡Siguiente!
(Suena un ruido que detecta si alguien se ha
llevado algo sin pagarlo)
Sta.
Mercedes.- (Se acerca a la puerta) A
ver, señor. ¿Ha pasado por caja?
Carlos.-
Mm… no.
Sta.
Mercedes.- ¿Pero lleva algo que quiera comprar?
Carlos.-
No.
Sta.
Mercedes.- ¿Me deja ver ese bolso?
Carlos.-
¿Por qué le tengo que dejar yo a usted mi bolso? ¿Quién es usted para que me
diga eso? Le he dicho que no llevo nada, y es que no llevo nada.
Sta.
Mercedes.- (Acotación) Este día me
está matando, que si una que se cree la mandamás y ahora este… ay Dios. (A Carlos) Verá, tengo que pedirle que
me deje su bolso para ver si lleva algo que es el causante del pitido de la
puerta, y no hay más. Así que, o me deja ver la bolsa o llamo al encargado de
la supervisión del supermercado y así se la enseña a él.
Carlos.-
Que sepa usted… (Fijándose en el nombre
de la cajera en el cartelito que lleva en el pecho) Señora Mercedes, a mí
no me vale con amenazas de si va a venir el supervisor a registrarme o no,
¿entendido? Le he dicho que no llevo nada, y usted no es nadie para decirme a
mí que le enseñe mi bolsa.
(La gente de la cola se empieza a impacientar
y a protestar)
Sta.
Mercedes.- Así que me viene con éstas el señorito, espérese ahí, no puede irse
todavía del supermercado. (Camina hacia
la caja, coge el telefonillo y habla a todo el supermercado) Señor don
Rodrigo Estévez, supervisor del supermercado, ¿puede venir a caja número 6
puerta 3? Gracias. (A la cola, que está
protestando por la falta de atención a los clientes) ¡Silencio, por favor!
Ha habido un incidente, ruego que tengan tranquilidad y paciencia. En cuanto
venga el supervisor del supermercado, todo se solucionará. Solo pido unos
minutos de espera.
Juan.- (Gritando) ¡Estamos aquí desde hace
media hora, y algunos desde hace una hora! ¿Cómo quiere que no nos
impacientemos?
(La gente de la cola empieza a hablar y a
darle la razón a Juan)
Sta.
Mercedes.- (Acotación) Y ahora esto…
Cuando venga don Rodrigo se van a cagar, ja, ja, ja. (A la cola) He dicho que solo pido unos minutos de espera, nada
más. Esto se solucionará en unos minutos, por ahora, ¡mantengan la calma!
(La gente de
la cola sigue hablando. Llega don Rodrigo a caja, impone tanto que todas
las personas de la cola se callan)
Sta.
Mercedes.- (Se tranquiliza y empieza a
hablar) Verá usted, don Rodrigo. Hay un hombre en la puerta que dice que no
se ha llevado nada, no ha pasado tampoco por caja y el detector ha pitado
cuando ha pasado. Lo he parado y le he preguntado que si me dejaba el bolso que
lleva para ver si había alguna cosa sospechosa y se ha aferrado a que no me
daba nada si ya me había dicho que no había cogido absolutamente nada.
Entonces, por eso le he llamado, para que le pida la bolsa y vea si hay algún
producto robado o cualquier cosa por el estilo por la que el detector haya podido
pitar.
Don
Rodrigo.- Vayamos a la puerta a ver qué pasa.
(Los dos van andando hacia la puerta, donde
se encuentran con Carlos)
Don
Rodrigo.- Hola, señor. ¿Me deja su bolsa por favor?
Carlos.-
(Enfadado) Sí, tome.
(Don Rodrigo abre la bolsa encima del mostrador
y saca todo lo que tiene dentro a la mesa. Mercedes se acerca)
Carlos.-
¡Madre mía, me habéis sacado todo! ¡Seréis…!
(Don Rodrigo y Mercedes se quedan asombrados
por lo que hay en la mesa del mostrador. Hay dos botes de champú, uno de gel,
otro de kétchup, mayonesa, sopas y una pizza)
Don
Rodrigo.- (A Carlos, enfadado) ¿Cómo
es usted capaz de decir que no lleva nada en la bolsa cuando lleva productos a
más no poder? Ahora mismo voy a llamar a la policía, y usted que se quería ir,
quédese ahí quieto. ¡No quiero ni que se mueva lo más mínimo! Mercedes,
¡vigílalo!
(Mercedes se acerca a Carlos desconcertada,
se queda mirándolo y diciéndole que no se mueva. Don Rodrigo coge su móvil y
marca un número)
Don
Rodrigo.- ¿Sí? ¿Policía? Mire, ha sucedido un robo en el supermercado
‘’SmallPrecios’’, en la calle Manolo Bisbal, en El Ejido, sí, Almería. Vengan
rápido, por favor. (Se acerca a Mercedes)
Acabo de llamar a la policía, vienen en diez minutos. (A Carlos) Y usted, si llevaba algo desde el principio y sabe que
le íbamos a pillar de todas maneras, lo tendría que haber dicho.
Carlos.-
Pero a ver, que yo no llevaba nada. ¿Qué han sacado de mi bolsa? ¡Solo llevaba
mis cosas!
Sta.
Mercedes.- (Acotación) Ja, ja, ja…
esto no se lo cree ni él. ¡Pues anda que no hemos tenido robos así y de esta
forma!
Don
Rodrigo.- (A Carlos. Amenazante.) Vuelve a decir una mentira
más y… bueno, si ya va a venir la policía.
Carlos.-
(Gritando) ¡¿La policía?! ¿Para qué?
¡Yo no he hecho nada!
Don
Rodrigo.- Y dale… cómo están las cabezas, madre de Dios. Que venga la policía
ya… (Impacientándose y dando golpes en el
suelo con la pierna derecha)
(La gente que estaba en la cola empieza a
gritar y a acercarse a la puerta, donde se encuentran Carlos, don Rodrigo y
Mercedes)
Don
Rodrigo.- ¡Eh, eh, eh! ¿Qué hacéis vosotros aquí? ¡Iros para allá!
Juan.-
¿Han robado? (Gritando) Ala, ¡que ha
habido un robo!
Don
Rodrigo.- (A Mercedes) Ponga orden
usted, por favor. Yo me quedo con éste.
Sta.
Mercedes.- (Intentando calmar a la gente)
A ver, señores. Les acaban de decir que se vayan a donde estaban antes, aquí no
pueden estar. Así que, como han escuchado, tiren para la caja. En cuanto todo
se solucione, les atiendo.
(Poco a poco, la gente se va yendo para donde
estaban antes. Mercedes vuelve con Carlos y don Rodrigo)
Sta.
Mercedes.- (Acotación) Yo hoy acabo
muerta… Entre los clientes y el ladrón… vaya follón me están armando.
(Llega la policía y entra en el supermercado)
Policía
1.- Aquí estamos. ¿Qué ha pasado?
Policía
2.- (Aparece por detrás del policía 1)
Ja, ja, ja… ¡Pero si es mi amigo Carlos!
Policía
1.- (Al policía 2, extrañado) ¿Cómo?
Don
Rodrigo.- Eso, eso, ¿qué está diciendo?
Policía
2.- Pues eso mismo, este señor no es que haya robado, es que ha cogido cosas
sin querer.
Don
Rodrigo.- ¿Me está tomando el pelo?
Policía
2.- No, no le estoy tomando el pelo. Este señor se llama Carlos González Lozano
y es cleptómano, no sabe que está robando hasta que pasa esto.
Don
Rodrigo.- Ah… ¿y entonces?
Policía
2.- Pues nada, cojan las cosas que haya ‘’robado’’ y pónganlas otra vez en su
sitio. Nos lo llevaremos aunque no podremos hacer nada en contra de él.
Don
Rodrigo.- Bueno… pues nada, muchas gracias por haber venido aunque haya sido
para esto.
Policía
1.- Gracias a usted. ¡Adiós!
Don
Rodrigo.- (A Mercedes) Madre mía… En
fin, vuelva a su trabajo, aunque ahora no tenga nada que hacer, mire la cola
que tenía antes y ahora.
Sta.
Mercedes.- (Mira a la caja y se queda
asombrada) (Acotación) ¡Lo que puede pasar en tan solo un día! A seguir
trabajando, como buena trabajadora…
Carolina Sánchez Ferre.
Muy buena historia, buenos diálogo y formalmente muy bien. Una cosilla: lo que tu pones como (acotación) es un aparte, aunque se pone entre paréntesis porque es una acotación. Por ejemplo. (aparte)--¡Vaya día me espera!NOTA:10
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